miércoles, 18 de junio de 2014

En honor a la Bata-Manta

*ADVERTENCIA: Esta poesía no tiene ningún sentido y puede parecer una estupidez.

Mírala, es un reflejo en un cristal,
como un ángel encerrado en un espejo morirá.
Y sólo cuando no haya Sol y no haya Luna,
desaparecerá la duda,
y ese frío que te embarga,
por no tener la Bata-Manta.

martes, 17 de junio de 2014

The maze runner o el corredor del laberinto

Título: The maze runner (el corredor del laberinto)
Autor: James Dashner
Editorial: Nocturna Ediciones
Páginas: 524





Narrador/Punto de vista (persona en que se narra la historia y perspectiva del autor).
Omniscente, 3º persona del singular, en pasado.

Espacio (lugares en donde transcurre la trama).
En una actualidad ficticia, al principio los chicos están en un laberinto -en el Claro- Una especie de «claro» en el centro del laberinto. Y luego al final, fuera del laberinto, en el mundo post-apocalíptico que ha creado James Dashner.

Tiempo (época en la que transcurre la trama).
Transcurre en una actualidad ficticia, aunque en algunos casos tienen tecnología avanzada y en otros apenas tienen piedras para hacer fuego.

Personajes principales (indicar al menos 3 con sus personalidades, y la relación entre ellos).
Thomas- Thomas es el protagonista y llega nuevo al Claro. Es muy curioso, valiente y noble. Siempre trata de ayudar. Es también muy inteligente, como casi todos los del laberinto. Es un corredor. Thomas sabe que tuvo algo con Teresa!. También puede comunicarse telepáticamente con ella (aunque de todos los chicos del claro, es el único).
Teresa- Teresa es algo brusca, atrevida y amable. También es obstinada, pero pasa casi más de medio libro -desde que llega al laberinto- en coma.
Minho- Es un chico chino, lleva dos años en el claro. Posee una gran capacidad de decisión en momentos críticos, y es el que lidera a los corredores. Es fuerte tanto física como emocionalmente, y también es amable. Amigo y líder de Thomas.
Newt- Newt es amable, el segundo al mando en todo el Claro. Es amistoso, consigue mantener unido al grupo de chicos. Está cojo, fue corredor.

Estilo/lenguaje.
Se usa un lenguaje coloquial, juvenil, aunque siempre dentro del respeto. De forma más formal cuando se narra.
Me ha gustado que James Dashner ha inventado palabras y expresiones y las introduce en el libro de forma que se entiende perfectamente lo que dicen y parece algo muy natural. Ej: ¡Menuda clonc! ¡Cara fuco! Pingajo... etc...

Argumento.
Thomas aparece en un ascensor oscuro de repente, él no sabe a dónde va, dónde está, qué hace ahí... No tiene recuerdos, es decir, sabe cómo funciona el mundo, pero no recuerda rostros concretos, o calles... Sólo sabe que se llama Thomas.
El ascensor se abre y se despierta en el claro, donde le reciben muchos chicos adolescentes, y varones.
Está en el claro. El Claro está rodeado por unas enormes puertas de metal. Éstas se abren cada día y se cierran por la noche. Tras las puertas está el laberinto.
Newt le cuenta que creen que su objetivo es resolver el laberinto y así poderse ir a sus casas. En realidad nadie sabe qué hacen ahí.
Todo es muy estricto: no sufren escasez de comida o agua, las provisiones les llegan cada mes junto a un nuevo muchacho. Pero el día después de que Thomas aparece, llega una chica (Teresa) que se queda en coma mucho tiempo.
 Dejan de llegarles suministros y saben que tienen que irse de allí pronto o morirán.
Consiguen averiguar cómo salir, pero cuando ya están a salvo, ha muerto la mitad del grupo (unos 20 chicos).
El final es una carta en la que la historia da un giro inesperado: Ellos son parte de un experimento.

Opinión personal.
Creo que ha sido de momento uno de los mejores libros que he leído en este año, me ha encantado.
Sentía que la historia era muy original y eso le dio puntos a favor.
Me resultó muy interesante de leer, me cautivó y nada más empezarlo no podía parar de leer. De hecho es uno de los libros con los que más me he metido en la historia.
Era tan interesante, y con un poco de misterio incorporado y no podía dejar de pasar páginas y páginas porque quería saber cómo acababa, y el final me impresionó mucho.
Me encantó la noche que Tohmas pasó en el laberinto sobreviviendo, con Minho.
Algo que no me gustó... Nada. Tal vez el hecho de que Teresa se pase tanto tiempo en coma.

sábado, 7 de junio de 2014

Esquizofrenia


PRÓLOGO

Tenía las manos manchadas de sangre, sangre que parecía fuera de lugar en todo aquel orden. El líquido escarlata fluía por mis brazos y dejaba hilillos de sangre en el suelo, donde se fundía con el resto.
El resto de la habitación estaba ordenada pulcramente, ni siquiera había un libro fuera de la estantería o algo de polvo en el suelo.
Aunque supongo que en todos lados había excepciones.
A mis pies se hallaba el cuerpo: alto, delgado, pero de facciones y rostro irreconocibles ahora. Había sido castaño.
Sus ojos, ahora ocultos tras sus párpados estaban inyectados en sangre, aparentando absoluto terror.
Lentamente, bajé la mano derecha, haciendo que la pala que llevaba en ella cayera al suelo con gran estrépito. Golpeó una vez más al cadáver, pero la sangre brotó con su habitual ritmo. Posiblemente, ya no le quedarían más partes de su cuerpo sin golpes o hemorragias.
Despacio, me agaché junto a él, cuidándome de no plantar mis manos ensangrentadas en ningún lugar.
-Uno... dos.... tres... -Susurré, contando.
Quince. Quince en total. Quince cortes y puñaladas.
Me sentí reconfortada. Algo en mí me decía que lo había hecho bien, que ya no me podía hacer daño. Y a demás lo había liberado a él de que se lo hicieran.
Ellos me lo decían, Ellos me advirtieron de todo.
Suponía que Ellos tenían razón.















UNO
-¿Danae Hale?
Asentí con la cabeza, al tiempo que desviaba la mirada. No me incomodaba, era sólo que no me apetecía mirarle. Ni siquiera tenía Por Qué hacerlo.
-¿Sabes por qué estás aquí? -Preguntó él, sin parecer molesto por mi aparente falta de interés.
Alcé una ceja.
-¿Porque estoy loca? -Giré la cara y clavé mi mirada en la suya.
El Doctor Keane esbozó una sonrisa. Puede que le pareciera divertido que mis padres pensaran que yo estaba loca.
-¿De verdad lo piensas, Danae?
-Si no lo estuviera no tendría que venir aquí. -Repliqué secamente.
Estaba molesta. Molesta con mis padres por mandarme al psicólogo -o psiquiatra, no me había molestado en preguntar-, molesta con el Doctor Keane porque no sabía qué pensaba de mi, y molesta conmigo misma, porque no sabía si estaba loca o si tenía razón.
-¿Alguna vez has hecho algo que te ordena tu mente, por así decirlo?
Flipé con esa pregunta. ¿El tío era gilipollas? Básicamente me acababa de preguntar que si me tenía que ingresar en un manicomio.
-¿Se refiere más o menos a que si alguien me dice que haga algo (en este caso mi mente) sin cuestionarmelo lo hago? -Me encogí de hombros- A veces.
El doctor Keane asintió, escrutó mi rostro con sus penetrantes ojos azules y suspiró.
-No creo que estés loca, Danae, de hecho, tal vez seas muy inteligente... Pero mi trabajo es ayudar a la gente, escucharles, hacer que se sientan mejor. ¿Comprendes? -Sin dejarme responder continuó- Si estás aquí, en esa silla, es por que no estás tan bien como deberías.
Resoplé, lo que acalló el discurso del doctor unos segundos.
Por mala suerte para mí, decidió retomarlo.
-Puede ser desde estrés hasta enfermedades mentales mucho más graves, y te voy a ser sincero. Lo más posible es que estés desarrollando la llamada Esquizofrenia, y como veo aquí -Ojeó su libreta mientras yo daba golpecitos impacientes en la tela del sofá- tu tío está ingresado en un centro especializado por ello.
-No es un centro especializado -Solté de forma brusca, cambiando de posición- es un jodido Manicomio.
El psicólogo respiró hondo antes de asentir.
Le estaba crispando. Se notaba perfectamente en las arrugas de la frente, en su forma de mirarme (que intentaba parecer impasible), en el sudor que recorría su cuello, y sobre todo, en los puños apretados.
-La esquizofrenia no es la única opción, pero es muy posible, dado que se puede transmitir de forma genética. Por ello estás aquí.
Sinceramente, estaba harta de oír a aquel tipo diciendo gilipolleces. A demás, no era tonta: sabía lo que era la esquizofrenia, y sus efectos (los había visto, en mi tío Zack), y no estaba de humor para soportar que me llamaran loca por el simple hecho de que mi amigo me había dejado plantada en la habitación justo cuando mi madre había llegado a casa.
-Mire, no estoy para que me diga mierdas de la esquizofrenia, ni de que si estoy loca o depresiva. Ojalá le atropelle un camión y no tenga que volver a esta mierda de terapia. -Me dirigí hacia la puerta pisando fuerte.- Que tenga buen día. -Espeté con sarcasmo.
Vi el pelo castaño del loquero moverse de derecha a izquierda en una negativa, pero no me molesté en comprobarlo.
Dando un portazo salí de la consulta.


Ya afuera, en la calle, me obligué a respirar hondo e intenté calmarme.
Había anochecido ya, a pesar de que no debía de ser muy tarde. Las farolas iluminaban de forma muy tenue las calles atestadas de gatos callejeros y coches de alta gama, como Audis y Mercedes. A decir verdad, era un barrio alto, pero apestaba.
El edificio al que había acudido para ir a ver al doctor Keane era uno pequeño, de a penas seis plantas. El apartamento donde él recibía a sus pacientes era austero, con mobiliario escaso y las paredes pintadas de un blanco enfermizo, como de hospital.
Horrible.
Apreté el paso mientras caminaba con las manos en los bolsillos, la cabeza baja y el pelo tapándome parte de la cara.
Quería llegar cuanto antes a mi casa, tumbarme en la cama con Green Day a todo volumen en los amplificadores y sumirme en mi absoluta indiferencia hacia el mundo.
Así que, en cuanto me vi en la calle, me puse a andar con paso rápido hacia el metro.
-Hola.
Tropecé con la acera, y por suerte conseguí mantenerme en pie.
-¡Dake! -Sonreí. -Casi me matas... ¿De dónde sales?
Pero entonces recordé que estaba enfadada con él. Ayer le había invitado a mi casa, llegó mi madre, y cuando fui a presentarlo, se había esfumado. Me había dejado plantada el capullo.
Alcé la cabeza y añadí:
-Da igual.
Con toda la dignidad que pude, me giré y lo ignoré.