lunes, 19 de diciembre de 2016

POLVO Y CENIZAS

         A veces deberíamos dejar todo fluir, soltar las cadenas que lo atan en lo profundo... Al fin y al cabo, sólo somos polvo y cenizas, y es estúpido intentar retenernos... De una u otra forma, lo somos.
Polvo que se mueve en la dirección hacia la que el viento sopla, el polvo que cubre el suelo, que atasca y reseca la voz en las nerviosas gargantas, el que cubre los corazones, el que difumina la luz del sol...
Somos el polvo que hace llorar en las tormentas, el que quedó atrás en la infancia cuando construíamos sueños de arena... Somos el polvo que ahoga y recuerda, siempre presente, silencioso, invisible...
Somos las cenizas aún calientes de llamas apagadas, las que huyen de las brasas para bailar junto al viento, en recuerdo de una llama que alguna vez dio su calor...
Recuérdalo, recuérdalo siempre: somos polvo y cenizas, y nunca dejaremos de serlo... Somos fuego extinto, somos el paso del tiempo... Siéntelo, siéntelo en cada parte de ti, siéntelo en tu interior... y luego, sopla.

LA ISLA DE PLÁSTICO

Hay un punto en el Pacífico, donde se unen diferentes corrientes marinas en el cual se ha creado una "isla" que no está formada por tierra... sino por residuos de plástico tales como restos de botellas, envases, bolsas etc...
El vertido de residuos al mar es algo realmente perjudicial para todo el planeta, ya que el plástico es realmente contaminante, y muchas veces acaba formando parte de la dieta de los animales marinos y por tanto de la nuestra.
Mi pregunta al escuchar esto fue: Si yo tiro todos los envases y deshechos a papeleras y no a suelos, mares, y ríos ¿cómo es posible que tal cantidad de basura haya llegado hasta allí? (Y es que esta no es la única isla de plástico que se ha formado en los mares y océanos). Pues bien, ya simplemente con esta pregunta me doy cuenta de que uno de los grandes problemas es la desinformación...
Y es que únicamente se recicla el plástico que tiramos AL CONTENEDOR AMARILLO. El que nosotres tiramos en papeleras de la calle acaba en vertederos, y por la acción del sol y del viento, éste se fotodegrada y se transporta hacia ríos y por tanto, mares. Después es sólo cuestión de tiempo que por las corrientes se junten, o que acaben en la tripa de los pequeños pececillos.
En mi opinión, podríamos reducir la contaminación por residuos plásticos mediante acciones muy sencillas que no se llevan a cabo por desinformación o por no tener la suficiente conciencia de los problemas que esto conlleva. No es necesario siquiera implantar nuevos contenedores en cada esquina de la calle, simplemente que una de cada dos papeleras se pintara de amarillo, y fuera exclusiva de residuos plásticos. (Como por ejemplo las papeleras del metro, que están divididas en secciones sgún el tipo de residuo que contengan).
Y por supuesto, y aún más necesario es la concienciación de la población mediante charlas, documentales, datos contrastados, carteles, etc... Colaborando todos con un pequeño cambio, podríamos reducir increíblemente la contaminación de nuestros océanos.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Rebelión en la granja






TÍTULO: Rebelión en la granja
AUTOR: George Orwell
PÁGINAS: 180
PRECIO: (El mío fue gratuito ya que era una edición muy antigua, de mi padre, pero el precio es menor a 10 euros)

RESEÑA DEL LIBRO: Un día los animales de la granja deciden terminar con el dominio de los seres humanos y se toman el poder. En la nueva sociedad, todos los animales serán iguales. Pero a medida que pasa el tiempo, van apareciendo caudillos, un lider, grupos excluidos... Y bajo el mandato de as nuevas autoridades, la mayoría va perdiendo poco a poco sus derechos...

MI OPINIÓN: El libro, que cuenta la historia de una revolución en que los animales se toman una granja y expulsan de ella a los humanos, es una analogía satírica a lo que fue la revolución socialista rusa de la mano de Stalin. Además, la novela hace un análisis de la corrupción que puede surgir tras el deseo de poder. 

En el libro, un cerdo comienza abriendo los ojos al resto de los animales, que se dan cuenta de que ellos realmente están trabajando para los humanos y no para sí mismos, que los humanos les utilizan. Los animales se rebelan y toman el control de la granja y pronto se ve que no todo es perfecto, ya que al poco tiempo empiezan a surgir disputas por el control de la granja. 

Creo que en general el libro es muy predecible, y más si sabes de qué trata (con que leamos una reseña ya imaginamos cómo va a ser) pero no por ello el libro deja de ser interesante y/o sorprendente. Es un libro que recomiendo leer y al que a demás no puedes ponerle excusas... ¡En un par de horas lo has acabado!👌👍

domingo, 20 de noviembre de 2016

Que tú siempre has estado
cuando te han necesitado
pero te has ahogado solo
entre tantos malos tragos.

Y aunque te suene a excusa
también yo soy humano,
me río de lo bueno y lloro
cuando aprendo de lo malo.

Mortales

Supongo que es algo estúpido seguirte pensando aun cuando tú ya no estás aquí, pero ¿quiénes somos nosotros, simples mortales, sino simples mortales? ¿Quién decide qué es estúpido y qué no, si el simple hecho de suponer no es más que otra tortura dulce como el soñar?
¿Por qué la raza humana tan racional es al mismo tiempo lo contrario? ¿Somos acaso capaces de ver dos caras en una moneda, pero no de hacerla rodar por el canto?
¿Caemos al perder el equilibrio, o perdemos el equilibrio cuando caemos?

Ah, estúpidos mortales, estúpidas preguntas.
Pero ¿es eso algo malo, siendo la razón de ser de la raza humana?

Ah, mortales...

jueves, 17 de noviembre de 2016

A veces hay que soltarlo todo, hacer que vuele libre, que baile, que flote, que sueñe, que desee, que rompa, que arda, que queme, que engulla, que se haga cenizas...
Y después de todo eso, sólo después, con todo el polvo de lo que alguna vez fue...
A veces después, hay que soplar.

martes, 23 de agosto de 2016

RESEÑA: Descansa en paz, por John Ajvide Lindsqvist

TÍTULO: Descansa en paz
AUTOR: John Ajvide Lindsqvit
PRECIO: (Lo leí en una biblioteca) 7euros.
PÁGINAS: 280


RESUMEN: 'Descansa en paz' es un libro donde los muertos vuelven a la vida. Podríamos llamarlos zombies, pero no lo son, al menos tal y como el común de los mortales se imagina a los zombies. Estocolmo en Agosto. Una ola de calor como nunca se ha visto azota la ciudad, unido a un extraño fenómeno eléctrico que impide desconectar los aparatos enchufados o las luces encendidas.
Y, de repente, todo cesa. Comienza entonces algo inimaginable: los muertos comienzan a salir de sus tumbas, los cadáveres despiertan en las morgues de los hospitales. Y lo que quieren es volver a sus casas, seguir vivos, aparentar normalidad... Todo esto, por supuesto, ante la atónita y aterrorizada mirada de los vivos.
La trama se va desgranando en tres historias diferentes que fluyen y se conectan en diferentes sitios: el padre y su hijo, cuya mujer acaba de morir en un accidente de tráfico; el abuelo y su hija, que aún no han superado la muerte accidental del nieto; una abuela y su nieta, ambas con poderes psíquicos, que ven como el abuelo vuelve a casa recién muerto, intentando aparentar normalidad... 'Descansa en paz' es, ante todo, una novela humana, un retrato más psicológico que físico de lo que ocurriría si, hipotéticamente, nos viéramos inmersos en una locura parecida.
Olvidaros, por tanto, de los típicos zombies que buscan torpemente cerebros que sorber, y acuérdate de las personas que querrías que volvieran a la vida. Porque, obviamente, los redivivos, como los llaman en la novela, tienen sus limitaciones, y sí, pueden caminar y moverse torpemente, pero no pueden hablar o comportarse como siempre, lo que, inevitablemente, hace aún más doloroso todo el proceso. Además, a esto le tenemos que sumar un extraño proceso mental que empieza a tener lugar en aquellos sitios donde hay muchos redivivos juntos, y es que la gente comienza a saber lo que la gente a su alrededor piensa...
El argumento en sí no era malo, pero he de decir que el libro no me ha gustado nada. Era como si esta historia tuviera un principio, el cual era muuuuy largo, y simplemente te repetía las cosas, una y otra vez, mientras pasaban un par de días por las vidas de los tres protagonistas. Y justo cuando parecía que la historia empieza a desarrollarse, el libro se acaba.
Prácticamente he de decir que aparte de una trama de zombies y de lo extraño que tiene el hecho de que los muertos resuciten, no había mucha más trama, a los personajes en sí les faltaba dimensión como personas, y el libro en general era muy lento, las descripciones tediosas...
No me voy a explayar mucho más, pero es un libro muy cortito que he tardado DOS SEMANAS en leer. 
PUNTUACIÓN: 1/2 - 5


martes, 16 de agosto de 2016

Dentro (I)

"Es... Es como mirar al Sol directamente, sin gafas de sol ni nada. Seguro que alguna vez has alzado los ojos, mirando de pleno al astro, y te han empezado a llorar porque no puedes, hace daño a la vista. Pero aun así de vez en cuando no puedes evitar hacerlo.
A veces incluso ves un poco negro antes de volver a la normalidad y ver como antes.
Brillante, ardiente, fuerte. No puedes mirarlo sin sentir que te mareas, y a pesar de lo confundido que puedas llegar a sentirte, te pones peor cuando no está, cuando cierras los ojos, cuando apartas la mirada.
Es algo que te atrae, que irremediablemente te hace girar en su órbita y querer acercarte más y más... A pesar del daño que pueda hacer, a pesar de saber que jamás podrás alcanzarlo..."
-Thomas... ¿seguimos hablando del Sol? -Inquirió Liam.
-No, es posible que no. -Thomas sacudió la cabeza, mirando el suelo y se alejó unos cuantos pasos, cabizbajo.
Liam resopló, sin moverse. Cómo no, Sam. Se refería a Sam de nuevo.
-Hay estrellas que explotan y se convierten en basura espacial o en meteoritos asesinos que acaban en la cabeza de seres humanos del planeta Tierra, ¿sabes? -Dijo Liam con un deje de irritación en la voz.- Las estrellas pueden apagarse, igual que un microondas, un día hacen ¡PUM! y a la mierda. ¡Mira, justo como nos va a pasar a nosotros como no salgamos de aquí, nos vamos a la mierda! Y no es algo que me haga especial ilusión, ¿sabes?
-Lo... Lo sé, Liam... Dame un minuto... Sólo un minuto más, te lo aseguro -Rogó Thomas.- y después te ayudo a buscar una salida, te excavo un túnel en el techo si hace falta. Por favor... Necesito... Ella...
Liam se dio por vencido, poniendo los ojos en blanco.
-Un minuto. Y voy contigo.
Thomas asintió. Algo malo -muy malo- estaba pasando, tanto Fuera como Dentro, y tampoco tendrían mucho tiempo. Pronto las paredes se les  caerían encima, tenían que darse prisa... Al fin y al cabo, Liam tenía razón, morir por un amor con el que nunca has cruzado palabra es algo estúpido... Y pudiendo salir al Exterior, conocer lo que había Fuera... ¿Quién querría morir Dentro?
Así pues, Liam recogió las escasas pertenencias de ambos, las metió en una raída mochila de tela y se colocó detrás de Thomas. Este empujó las rejas que horas antes habían sido las paredes de aquella jaula y estas cayeron con un estruendo de metal y piedra.


Thomas jamás había visto el Sol. Liam, a sus 18 años de vida tampoco. Hasta hace poco tiempo, pensaban que el Interior era semejante a lo que había en el Exterior... Pero "adaptado para jóvenes con problemas".
Nunca habían salido. Nadie que ellos conocieran lo había hecho. Tampoco conocían a mucha gente, a pesar de que a diario convivían con más de 200 personas, casi todas de su edad. Bueno, o eso habían hecho antes de que el Interior empezara a sacudirse y la gente empezara a morir o a correr de forma caótica en mil direcciones.
Cuando Liam cumplió los 17 y Thomas 16, algo empezó a cambiar. Ninguno sabría decir si cambiaron ellos o su entorno, o si hubo algo que les hizo comenzar a cuestionarse las cosas, algo que les hizo sospechar, cambiar su mentalidad.
El Interior nunca había sido para ellos un mal lugar, de hecho era lo único que tenían por hogar, el sitio donde habían crecido, donde habían vivido desde muy pequeños, y hasta se atrevían a pensar que ya habían nacido allí. O puede que no, realmente ninguno lo sabía y no había nada que pudiera asegurárselo.
-Oye Thomas -Mientras avanzaban por los túneles, sorteando gente (o cadáveres) del suelo, Liam decidió romper el silencio. -¿Cómo sabes que el sol es así? Me refiero, aquí tenemos cielo, tenemos estrellas y demás... Tenemos lluvias de meteoritos, rayos, bastantes muertos por cosas así al año ya me entiendes... Pero el Sol... Está tapado, todos lo hemos visto, y sabes que es peligroso para nosotros... Por eso los de arriba están peor.
Thomas tardó unos minutos antes de contestar. Salieron del túnel a una explanada abierta, de cielo plano y sin nubes.
-Tengo... una foto. Jared me dio una foto.
Apretaron el paso, entrando de nuevo en serpenteantes cavidades, empujando gente para abrirse paso. Cada puerta, cada barrote, se encontraba en el suelo, caído.
Liam evocó el rostro de Jared en su cabeza. Su ex-profesor de astronomía era un afable viejecito de 73 años, de pelo cano y arrugas. El anciano siempre sonreía, de forma enigmática; sus ojos azules, casi transparentes con ese brillo tan especial, el brillo que no se había atenuado, a pesar de haberse separado de su familia allí en el Exterior para impartir clases Dentro.
Para Liam, era uno de los mejores, casi más amigo que profesor. Resultaba un tanto extraño al principio, puesto que era aficionado a acertijos y extrañas metáforas.
Jared había muerto dos días atrás. Efectivamente, basura espacial le había dado de lleno.
-¿¡Qué?! ¿Y por qué no me lo habías dicho antes?
-Yo... -Sonó otra explosión, no muy lejos de donde se encontraban, pero sí una más fuerte que las anteriores. -Corre.




lunes, 15 de agosto de 2016

Reseña: Battle Royale, por Koushun Takami

TÍTULO: Battle Royale
AUTOR: Koushun Takami
PRECIO: 12,95 (aprox.)
PÁGINAS: 683
EDITORIAL: Booket

Es un libro autoconclusivo que salió a la venta en España el 14 de Mayo del 2013. 






Sinopsis:
En la República del Gran Oriente Asiático está prohibido el rock, esa música decadente. Los  jóvenes crecen en un estado totalitario y controlador que promueve la competitividad. Como medida de control de rebeliones, la administración pone en marcha el Programa: cada año, 50 clases de distintos institutos son elegidas para luchar a muerte en la BATTLE ROYALE. Los alumnos elegidos son aislados en una isla. Las normas del juego son estrictas: no pueden escapar, no pueden contactar con el exterior, y solo puede quedar uno. Todo está permitido para sobrevivir. Empieza el juego. Empieza BATTLE ROYALE.

Mi punto de vista: Según lees este libro te das cuenta de que la trama principal (x adolescentes están obligados a matarse entre sí en ciertos "juegos" y sólo debe quedar una persona)es muy parecida a la de "Los juegos del hambre" por Suzanne Collins. 

A pesar del parecido en esto, ambos libros distan bastante de ser iguales. 
El libro comienza explicando que una clase de 42 alumnos está en un autocar, de viaje con su profesor. El autor describe a los alumnos, y es algo que en toda la historia creo que debería haber refrescado un poco, ya que al ser 42 personajes (incluidos los principales) y algunos con nombres parecidos se hace bastante confuso para el lector recordar quién es quién.
La historia en sí avanza a un muy buen ritmo, pienso que el autor desarrolla cada suceso a su tiempo, sin demorarse más de lo necesario pero tampoco yendo demasiado rápido, y posiblemente esto (junto al hecho de la intrigante trama) hace que las casi 700 páginas sean devoradas en poco tiempo.
Algo que sí me hubiera gustado sería que el autor hubiera explicado más sobre el Japón distópico en el que se encuentran los personajes, y en cómo se toma esto el resto del mundo. No es que falte información pero realmente un poco más de explicaciones sobre ese Japón hubieran hecho que el libro fuera 100% perfecto.
El estilo de Koushun es muy bueno, las descripciones son detalladas sin rallar lo pesado y en general la forma de desarrollar los conflictos está muy bien.
Por supuesto hay trama amorosa, pero no es el tema principal ni tampoco se le da demasiadas vueltas, por esa parte es un punto más en mi nota final para el libro, ya que si el amor hubiera sido de lo principal yo me habría decepcionado un poco.
El libro no tiene capítulos pero sí tiene pausas, generalmente entre muerte y muerte... Aun así he de admitir que se me hacía muy difícil dejarlo... D:
Yo lo leí en unos 4 días aproximadamente.

¡Espero que os guste si lo leéis!, realmente es un libro que recomiendo muchísimo, pero también diría que a partir de los 14 años, ya que hay alguna escena un poco fuerte.

En definitiva, este libro no sólo cumplió con mis expectativas sino que las superó.
Le doy un 5/5... ¡Y os animo a leerlo! Recordad que si ya lo habéis hecho podéis darme vuestra opinión, o comentar si os ha resultado útil para decidir si probar con él o no.

domingo, 5 de junio de 2016

Se rompió-

Y se rompió.
La fuerza del río arrasó con la presa, con el embalse y con el pequeño cauce que los años de lenta erosión le habían marcado como camino.
Se rompió y arrasó con todo a su paso: con los cánones, con los complejos, con las marcas que lo limitaban, con su propio camino y con su infinito e inmenso destino.
Rompió con el suelo, con los peces, con los árboles, con el mar.
Se rompió, y voló, por el simple hecho de que volar no es algo que puedan hacer los ríos. Pero claro, los ríos tampoco pueden romperse...

sábado, 7 de mayo de 2016

Viviré

Viviré hasta que mi nombre sea olvidado
viviré hasta que el viento se lleve
lo único que en mi alma no se ha helado
viviré hasta que el sol se eleve
viviré mientras el mundo muere.

Viviré luchando,
viviré muriendo en la batalla
pero será mi vida pues yo tengo su mando
viviré como quien pelea y no calla
viviré tal vez pasándome de la raya.

Viviré
o moriré
existiré
o desapareceré.

Y mientras pienso en si viviré o moriré
se me escurre el tiempo entre los dedos,
el alma entre los brazos
y el aliento por los labios...
es lo que tiene esta vida,
que se paga a plazos.

miércoles, 13 de abril de 2016

CIERRA LOS OJOS

"Cierra los ojos. Respira hondo. Relájate, intenta seguir mi voz. Tranquilo. ¿Estás calmado? No respondas, no hace falta, sólo piensa en tu respiración, céntrate en eso.
No vas a oír nada, absolutamente nada, sólo mi voz. No hay nada más, únicamente lo que escuchas ahora. Siente el aire pasar por tu garganta, hasta los pulmones.
¿Te sientes bien? Continuemos.
¿Qué ves, ves algo? Sólo oscuridad, ¿me equivoco? Bien, entonces es la hora.
Olvida todo, olvídame a mí. Céntrate en la nada, en el negro, en la oscuridad. Ahora a penas te acuerdas de seguir respirando, tu corazón va lento, sosegado, el número de latidos por minuto se reduce.
Olvida tu cuerpo, uno a uno olvida tus músculos, poco a poco; olvida quién o qué eres, déjalo todo a un lado, no es necesario que sepas nada de esto ahora. Eso sí, es vital que nunca dejes de escuchar mi voz, seguirla es vital.
¿Todo correcto? Bien.
Ahora, muy despacio, necesito que te adentres en eso que te rodea, en eso que empieza a invadirte poco a poco. Está oscuro, por todos lados, pero tranquilo. No pasa nada, aún no. Intenta avanzar, despacio, poco a poco, como puedas. Lentamente te introduces más y más.
¿Ves algo?
No, claro que no, ¿cómo ibas a hacerlo? Estás completamente perdido y ciego, perdido y solo. Es tarde y no hay nadie a tu lado, nadie, sólo oscuridad.
Bien, es tu turno. Ahora tienes mi voz pero en unos segundos no tendrás nada, NADA. No vas a poder salir de aquí, no solo, ¿cómo ibas a hacerlo? Ni siquiera tienes conciencia de ti mismo.
Empieza a sentirlo, cada vez más fuerte. Estás apresado, te rodea, el negro está por todas partes y aprieta cada vez más, sientes el agobio...
Tu corazón se acelera, estás muy agitado ahora. Te sientes a punto de explotar, no puedes más, e intentas a toda costa abrir los ojos... Pero es tarde, demasiado tarde. Hace demasiado que mi voz es sólo un eco.
Un eco para el que ya no hay tiempo.
Un eco que se extingue bajo los gritos.
Un eco que, en realidad, nunca estuvo ahí... "

viernes, 11 de marzo de 2016

Nombre del denunciante, Sebastián.

NOMBRE DEL DENUNCIANTE: Sebastián Marzio Gómez.
Me quedo mirando el impreso, incapaz de volver a presionar el bolígrafo contra la hoja. Noto la mano de Dani en mi hombro, apoyándome. Quiere que sepa que él está ahí, siempre lo ha estado y seguramente de no haber sido por él no me habría atrevido a dar este paso. Pero aún así, de alguna forma, es difícil.
Ella era preciosa, bajita y morena, mandona y de carácter que yo habría denominado "fuerte y cariñoso" y mis amigos "manipulador y posesivo". Pero claro, ella era increíble, y adorablemente mandona.
Hace poco más de un año comenzamos a salir.
Me encantaba estar con ella en el parque, tumbados sobre el césped, mirando el cielo. La mejor parte era la de hacerla cosquillas, picarla. Ella ponía morritos y luego soltaba una carcajada.
Luego en venganza ella me cogía el móvil, pero se frustraba al intentar desbloquearlo. Yo reía y cogía el suyo, haciéndola rabiar de nuevo.
Los morritos se repetían hasta que, poco a poco, esto fue cambiando. Ella se enfadaba de verdad, me gritaba. A veces hasta se cabreaba porque decía que si no le dejaba coger mi móvil era por algo. No le di importancia, cuando pasa el tiempo las parejas que están juntas también cambian.
Al parecer mi grupo también lo notó, tuvimos una "época fría", la cual acabó con la pelea más fuerte que podría tener nunca. O eso pensaba.
Estábamos en su casa, discutiendo de forma absurda si yo la había puesto los cuernos sólo porque había visto en mi móvil un mensaje de María que ponía "te quiero, salmón". La intensidad de la discusión fue subiendo poco a poco. De pronto, estábamos ambos gritando, ella tiró una lámpara de la mesilla al suelo, con furia. Intenté agarrarle el brazo, pero no llegué a tocarla... Al parecer su puño era más rápido. Me golpeó unas cuantas veces, la primera en la cara y el resto a duras penas, me tapé como pude con los antebrazos.
Pasaron unos días antes de volver a hablarnos, pero luego todo fue igual, como siempre. Como al principio.
"-Te quiero, Sebas. -Me dijo mirándome con sus enormes ojos marrones.
-Yo también, Diana. -Le respondí."
Y de nuevo una perfecta temporada juntos, como al principio sino mejor. O eso creía yo. Después de las peleas, al reconciliarse la pareja es más fuerte, se consolida. ¿No? ¿NO? Sí, desde luego, de toda la vida es lo que sucede.
Bufo, mirando la hoja de denuncia, de vuelta por unos segundos en el presente. ¿Esto es de verdad, he sido tan ingenuo?
Es igual que aquella vez, en la que ya llevábamos meses juntos, yo estaba agobiado por los exámenes, ya que iba suspendiendo la mayoría de las asignaturas. Magisterio no es lo más fácil del mundo pero sabía que podía sacar el curso, lo que me fastidiaba era no saber qué me pasaba, por qué sentía mi ánimo por los suelos ni por qué me bloqueaba al contestar en los exámenes.
Diana me llamó, diciendo que pasaba de ella, ya que no tenía tiempo para quedar.
"Dájalo, Sebastián. Sabes que no puedes con ello, sabes que lo vas a suspender igual, pues deja los apuntes y vente un rato a dar una vuelta. No vas a poder estudiar tanto, venga anda ven..."
Diana tiene razón. No valgo para esto, no sirve para nada lo que hago. O eso creí, así que lo dejé y me fui con ella al parque.
Tuvimos una pequeña discusión, pero fue breve. Había ido al final, la quería. Todo estaba bien.
Cojo con fuerza el bolígrafo, incapaz de dejar de dejar de recordar. Dani me dice algo, pero no consigo prestarle atención.
Tres días.
Hace tres días todo volvió a desmoronarse entre nosotos. Y esta vez, supe que era de verdad. Y esta vez, gracias a Dani y su capacidad para hacerme reflexionar supe que se había acabado para siempre.
Juan me había mandado un whats app, quería que le acompañara unos minutos a la farmacia, estaba malo y no podía a penas andar solo.
"-¿Dónde vas, si a penas has estado un cuarto de hora? -Me preguntó.
-A ayudar a Juan con las medicinas, ahora subo cielo. -Fui a salir, pero ella me agarró del brazo.
-¿Ya? ¿Tan pronto? Pf -Bufó. -Y luego encima me negarás que no haces más caso a tus amigotes que a mí. Pues no, Sebas, no va a ser todo tú, tú, tú y tú.
Cerró la puerta con llave, lo que me descolocó..."
Sacudo la cabeza. Me niego a recordar el resto. Reprimo un escalofrío que me recorre la espina dorsal.
Cuando pude salir de allí se lo conté todo a Dani, el cual me hospedó en su casa un par de días... Hasta que me llegaron ciertos mensajes al móvil, respecto a los cuales no supe bien cómo reaccionar.
Y bueno, aquí estoy supongo, aún digiriendo lo sucedido.
-Sebas. -Dani me sacude por el hombro.
Lo miro, saliendo por milésima vez del extraño letargo en el que me siento sumido.
-¿Esto no era un relato sobre el maltrato a la mujer? -Dice.  -Sebastián.
La miro. ¿Sebastián? ¿Qué dice? Noto cómo mi corazón se acelera rápidamente. ¿Es que Sebas me ha seguido hasta la comisaría?
Sacudo mi larga melena cobriza, saliendo de mi ensimismamiento. De repente me doy cuenta del error.
Borro lo escrito y comienzo de nuevo.
NOMBRE DEL DENUNCIANTE: Diana López Rodríguez.

domingo, 6 de marzo de 2016

Amnesia.

Me encuentro en un pequeño pueblo al sur de Kenya, dentro de una claustrofóbica camioneta blanca, tumbado en lo que debe de ser el maletero, con un dolor inmenso no sé dónde, éste lápiz y el papel.
No sé qué hago aquí, no sé quién soy, no sé qué es lo que me duele, más bien arde. ¿Qué ha pasado? Me cuesta escribir, los dedos no siempre me responden, parezco paralizado. 
Intento decir algo, pero no tengo saliva, mis labios no se mueven a penas, sólo se cortan aún más. No me había dado cuenta de la extrema sequedad del ambiente, ni del aplastante calor. La boca me sabe a polvo y arena, y a penas consigo toser para no ahogarme.
¿Espera, qué cojones hago en una camioneta, por qué sé que estoy en Kenya y por qué tengo papel y lápiz?
Me va a dar una embolia o algo. No entiendo nada, voy a empezar a ponerme histérico.
De repente, se oyen unas voces, hablan algo que no entiendo, y todo suena como si estuviera bajo el agua. Me hago el dormido, o el desmayado, pero no consigo evitar tensarme cuando la puerta del maletero se abre y un rayo de luz abrasador me golpea tras los párpados.
Alguien grita algo, y noto cómo me giran hasta ponerme boca arriba. Me quedo paralizado, y cuando alguien me coge de los hombros como para arrastrarme me desmayo, esta vez de verdad.


Despierto de nuevo, esta vez no tengo ni idea de dónde estoy.
No hay luz, no consigo ver nada, y sigo sintiéndome completamente paralizado... No, espera. Poco a poco muevo las manos, y los dedos de los pies. Aun así sigo sin notar las piernas.
Repto por el suelo, a penas consigo avanzar unos centímetros cuando un dolor horrible me sube desde el codo hasta el hombro, y luego por el cuello directo a la nuca.
Ahogo un jadeo de dolor mientras puntitos de luz brillan tras mis pupilas.
¿Qué me pasa?
-¿Dónde estoy? -Articulo con voz ahogada.
El sonido rebota, al parecer estoy encerrado en algo de menos de dos metros cuadrados. Genial.
-¿HOLA? 
"Hola... la.. la... a..."
Me pego a la primera pared contra la que choco, quedando recostado, y cuando intento incorporarme me golpeo fuertemente la cabeza.
-¡JODER! -Suelto, quedando mareado y sin aire.
Me tumbo como puedo, resignado, y pego la oreja a la pared, por si consigo escuchar algún sonido afuera.
Nada.
Nada. 
Nada.
Pum pum.
Nada.
Pum pum.
Nada.
Pum pum.
¿Mi corazón va a callarse alguna vez? Hace demasiado ruido.
Y de repente...
Nada.
Nada.