sábado, 27 de diciembre de 2014

RÉQUIEM Lauren Oliver

TÍTULO: Requiem
AUTORA: Lauren Oliver

No tengo idea del precio ya que me lo prestó una amiga.

¡ALTO CONTENIDO EN SPOILERS!

Ahora, un miembro activo de la resistencia, Lena ha transformado. La rebelión incipiente que se estaba realizando en Pandemonium ha encendido en una revolución sin cuartel en Requiem, y Lena se encuentra en el centro de la lucha. Después de rescatar a Julian de una sentencia de muerte, Lena y sus amigos huyeron a la selva. Pero los Wilds ya no son un refugio seguro. Las bolsas de rebelión han abierto en todo el país, y el gobierno no puede negar la existencia de Inválidos. Reguladores de infiltrarse en las zonas fronterizas para acabar con los rebeldes. Como Lena se desplaza por el terreno cada vez más peligrosa del Wilds, su mejor amiga, Hana, vive una vida segura, sin amor en Portland como la novia del joven alcalde. Requiem es contada desde ambos Lena y Hana puntos de vista. Viven juntos en un mundo que los separa hasta que, por fin, sus historias convergen. Con la escritura lírica, Lauren Oliver entrelaza perfectamente el peligro que Lena se enfrenta con el tumulto interior que experimenta después de la reaparición de su primer amor, Alex, el muchacho pensó que estaba muerto. Sofisticado y de gran alcance, Requiem trae la trilogía Delirium a una conclusión emocionante.

Requiem es la tercera y última parte de la trilgía de "Delirium" cuyas dos reseñas anteriores podéis ver aquí, en este mismo blog, en el apartado de reseñas.
Ahora que me puse a reflexionar y tal debo dar una mala crítica y es que me parece prácticamente imposible el hecho de que por dos tipos que se enamoran y se escapan ya todo el mundo entero cambie... Pues como que no, ¿eh? Es completamente ciencia ficción eso.
Pero a pesar de que este hecho me haya molestado, opino que la trilogía mejora desde el primer libro. Eso sí, yo mantengo la opinión de que el mejor de los 3 libros es el segundo, sin lugar a dudas.
Por otra parte yo no pensaba que Lauren Oliver fuera a meter de nuevo a Hannah como personaje pero se me hizo que esta vez acertó, me encantó la forma en la que explica que Hannah sentía pero a la vez era incapaz de hacerlo...
También pienso que en el fondo ese Gobierno jamás llegó a extinguir el Amor Deliria Nervosa, porque Hannah salva la vida de nuestra principal, y creo que eso es una GRAN muestra de afecto. ¿Qué es el afecto sino un poco de amor?
Por otra parte nadie me dice que de repente el Gobierno mata a todo el mundo o que aparezcan los marcianos Jupiteños y se lleven a Lena, ya que Lauren lo dejó todo inconcluso...
Pero en serio, mientras yo acababa Requiem estaba pensando en llamar a su camello y decirle que me pasara esa hierba a mí también porque... madre mía...
"Derribad los muros"
WTF??
Y, drogas aparte, ¿¿POR QUÉ LE HACEN BULLYING A RAVEN??
Os explico mi indignación: Raven era mi personaje favorito y cuando ella murió siento que a penas le dieron importancia. O sea, Lena se lo debe todo a ella y ni siquiera dura un capítulo pensando en su tristeza por Raven...
En fin, a pesar de todo Requiem sí llegó a mis expectativas.

PUNTUACIÓN: 4/5

viernes, 26 de diciembre de 2014

SQUIZOPHRENYA

El suelo está frio. Lo noto bajo los pies, tal vez demasiado áspero, demasiado duro para ser real. Tal vez demasiado frío, demasiado opaco. Tal vez incluso demasiado exacto para ser real. ¿Pero acaso algo es real? ¿Qué quiere decir exactamente "real" ?
He pasado noches completas en el pavimento de mi calle, en pijama y descalza, reflexionando.
No sólo acerca de si algo es real o no, sino acerca de la vida, del mundo. Es posible que haya reflexionado sobre algo tan simple como nos puede parecer una abeja. ¿Simple? Ja, sin esas capullas no estaríamos vivos.
Una mesa. ¿Simple, verdad? Pero piensa: Esa madera tuvo una historia antes de ser una mesa. Tal vez no muy interesante, pero ahí está. ¿Y si en esa madera hubo termitas y tu mesa es la parte superviviente?
Y, en el fondo, la pintura negra que la recubre es como la ropa. Tapa los nudos o complejos de ese pedazo de árbol.
¿Simple?
Tal vez por eso me sea imposible dormir la mayoría del tiempo. Mi cerebro jamás deja de estar activo hasta que no me agoto por completo, hasta que no llevo cuatro días sin dormir y la mejor opción parece desmayarme dándome golpes contra una pared para, al menos, tener media hora de descanso.
Pero aquí afuera, con los pequeños guijarros de la acera clavándose en mis talones, con el frío del suelo en los dedos, me siento tranquila.
Posiblemente lo que me impide empezar a desvariar y quedarme horas y horas parada mirando al infinito y perdiendo la noción del tiempo sea el suelo.
Es irónico que un suelo me mantenga con los pies en la tierra.
Desde que tengo memoria esto me sucede. Tal vez por culpa de mi mente tenga esos ataques. Nada grave, desde luego, pero hay veces que, cuando mi mente no para de saltar de un tema a otro y casi me resulta imposible pararlo, siento algo parecido a un ataque de ansiedad.
Ya he perdido la cuenta de las noches que he pasado bajo la mirada de las estrellas, con la luz titilante de las farolas como compañía.
Una repentina brisa me saca de mi ensimismamiento. Parpadeo un par de veces, algo atontada.
Cuando mi hermano Nick murió, esos ataques solían darme a menudo, pero ahora han disminuido. Nick... Él era mi hermano gemelo, posiblemente mi único amigo -verdadero amigo- y la persona con la que mejor me llevaba. A él le confiaba todos mis secretos. Todos.
Al pensar en él se me hace un nudo en la garganta y tengo que sentarme en el suelo.
Nick era el único que sabía acerca de lo que me pasaba, de lo que me pasa. El único que lo entendía. Mis padres tan sólo me amenazaron con llevarme a un psicólogo si seguía diciendo eso. Creo que hasta una vez pensaron que podía tener lo que en este Estado se llama "Squizophrenya". A partir de entonces, dejé de contarles las cosas a ellos y empecé a contarle absolutamente todo a Nick. Hasta que murió.
Bueno, eso es lo que dicen mis padres que murió. Pero todos sabemos que no es así.
Nick se suicidó.

Él siempre decía que el mejor consejo que le habían dado era el de no tomar decisiones cuando estuviera alterado...
Pero supongo que fue demasiado tarde cuando se acordó...





Reseña "La lección de August".

TÍTULO: La lección de August (Wonder en inglés)
AUTOR: R J Palacio
PRECIO: 15 Euros aprox.



<< Su cara lo hace distinto, y él sólo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de "La guerra de las galaxias".
Este año todo va a cambiar, porque este año va a ir, por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: creer en la adversidad, aceptarse tal y como es, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga.>>

Leí este libro hace unos meses y hasta hoy no lo había reseñado (he de admitir que por pereza).
Como dice en el resumen de la contraportada del libro que os he dejado arriba trata sobre August, un niño pequeño de 10 años que nació con una deformidad en la cara y esto hace que mucha gente lo mire con asco, y que su familia realmente se desviva por él.
Es un libro que se me hizo muy rápido para leer, tardé algo así como un día pero se me hizo muy ameno. Me gustó que no fuera una historia con un misterio super pensado como el que hay por ejemplo en "The Maze Runner" y sentí que más bien era lo que yo llamo " Un libro de descanso" .
Pienso que sin pretenderlo lo que R J Palacio nos da es un diario de la vida de August, a pesar de que ese libro no es tratado como tal.
Por último quiero decir que para tener tan sólo 10 años, August me parece muy maduro, o sea, es algo que pasa mucho; él es un niño, pero se da cuenta de las cosas como por ejemplo si alguien hace una mueca de asco al verle y trata de disimular, él lo sabe, sabe que su deformidad causa esas reacciones, y R J Palacio no lo endulza, lo que le añade realismo al libro.
En general es un libro muy ameno que sí que merece la pena.

PUNTUACIÓN: 4,5/5














sábado, 29 de noviembre de 2014

Animales fantásticos y dónde encontrarlos y quiddich a través de los tiempos

Bueno, perciosos míos... ¡Mirad lo que por fin he conseguido!



1º- Animales fantásticos y dónde encontrarlos, por JKRowling
2º- Quiddich a través de los tiempos, por JKRowling

Ya he leído el primero, y bueno, ya sabéis que soy Potterhead, pero aun así me ha enamorado. Quiero decir, yo este libro no lo había leído antes (Ya que, como dicen en el prólogo " Cualquiera que lea ese libro sin comprarlo tiene la maldición de los ladrones" ) ha sido revivir la saga, la historia, todo... Y eso me emociona porque considero que Harry Potter ha sido la saga que ha marcado mi infancia, y gracias a la cual yo empecé a leer. 
En este tomo se explican las criaturas del mundo mágico.
No me ha gustado que, por ejemplo, no ponían a los Escorbutos de cola explosiva, pero sí a los Escarabtos. 
Pero bueno, es un pequeño detalle.
Hay otra cosa que me encanta de este libro y es que en los márgenes y por todo el libro aparecen "anotaciones" que han escrito Harry, Ron o Hermione. 

Ejemplo :  Duendecillos, clasificación del peligro que suponen según el MM: xxx/xxxxx (3/5) → xxxxxxx Si eres Lockhart.  (eso sería la anotación ←)

CLASIFICACIONES: 
xxxxx Con reputación de asesinar magos / Imposibles de domar → O cualquiera que le guste a Hagrid.

Y en sí me ha parecido muy divertido, y a pesar de que te explica cada bestia -o ser- lo hace de forma amena y divertida.
En definitiva, me ha encantado. ☺














sábado, 22 de noviembre de 2014

HYDE - DAVID LOZANO

¡¡¡¡¡HYDEEEE!!!!!!




Un grupo de estudiantes ha sido seleccionado para formar parte de un experimento: el proyecto Hyde. Deberán convivir en un gran caserón apartado del mundo durante una semana sometidos a una terapia subliminal aparentemente inofensiva. Pero cuando se produce el primer asesinato, todo se dispara bajo un ritmo frenético de persecución y sospecha.
Ya no hay nadie en quien confiar. Cualquiera dentro de los muros de la casa puede ser el asesino, camuflado dentro del grupo, dentro del anonimato. Cualquiera... incluso uno mismo.
Algo hace especiales a estos chicos: algo que desconocen pero que vincula sus vidas, algo que tendrán que descubrir a tiempo si quieren salvarse…
Okey.... Acabo de acabar el libro... Y no puedo dar una opinión objetiva por ello, debería dejar pasar unos días antes de pensar en lo que me ha gustado, pero este libro ha sido tan... OMG... que no podía esperar, así que aquí va mi opinión subjetiva y en un par de días os dejo la pensada y filosófica :P .


Bien.... ¡¡ME ENCANTAA!! ejem... ya lo dejo.
Pero en serio, deberíais leerlo... Es una temática que no suelo leer, pero me llamó la atención y, en serio, no me arrepiento para nada de haberlo comprado.

Okey, ya han pasado unos días y realmente no sé si es que he leído demasiado pero el final sí que era increíble, pero realmente no me ha sorprendido tanto como pensaba que realmente lo había hecho.
Me parece que a veces iba muy rápido y que luego algunas de las muertes no estaban muy curradas, sino que David Lozano tenía que cargarse a x persona y super rápido ya lo hacía y ya se quitaba de en medio uno menos.
Sólo me dio esa impresión en algunas zonas pero creo que le ha quitado puntos al libro. Pienso que podría haberme encantado mucho más de lo que lo hizo, a pesar de todo...

PUNTUACIÓN: 3,8/5




jueves, 16 de octubre de 2014

Todo está en la mente


Bueno, pues esta soy yo, después de cinco años, he vuelto a escribir. Se me hace raro, y he perdido práctica. Si por mí fuera, jamás lo habría dejado, pero en el "Be Strong" -mi antiguo psiquiátrico- no te dejaban ni coger un boli por si te ponías a apuñalar a alguien.
En el actual son mucho más liberales, te dejan mear solo y todo...

Con un suspiro, echo un leve vistazo al asqueroso inodoro que hay en la esquina trasera de mi cuarto, tapado de la vista por fuera con una mampara.
Y digo cuarto por no decir zulo. Más que un centro de rehabilitación parece una cárcel para presos de Alta Seguridad.

Las instalaciones son una verdadera mierda, las mantas pican y a penas podemos hablar entre nosotros cuando estamos en nuestros cuartos, pero al menos podría decirse que tengo un poco más de libertad de movimientos que en el "Be".
Allí directamente era como estar día a día en una celda de aislamiento, y cuando hacías algo malo y te castigaban de verdad...

Reprimo un escalofrío. "No vayas por ahí, Galia" Me digo.

Llegué hace un par de días, que me he pasado durmiendo, así que tampoco tengo mucho que reseñar.
He despertado hace media hora, justo a tiempo para que me trajeran un vaso con café descafeinado y unos cereales rancios. Los he tirado por el váter. 

Mordisqueo la tapa del bolígrafo mientras reflexiono. No estoy segura de que la medicina fuera en el café, pero ya me lo han hecho más de una vez, a pesar de prometer que me podría tomar yo la pastilla con un vaso de agua.
Sí, es una eficaz forma de asegurarse que te lo tragas, pero ¿no se supone que me han trasladado a este centro al notar mejoría en mi condición psíquica? ¿No se suponía que aquí iba a ser diferente, un poco menos controlador?
Me duele la cabeza.
¿Acaso no se puede dejar de pensar? No, creo que no. Una verdadera lástima. Sería muy útil poder hacerlo.
Me pongo a desvariar y al poco tiempo tengo las manos manchadas de tinta negra, el diario en el suelo a varios metros de mí y las sábanas sacadas del colchón.
En contra de lo que dicen de las paredes pintadas de blanco, me siento demasiado inquieta con ellas, al contrario de lo que me pasa si son de color rojo fuerte o suave. ¿Por qué mierda hay tanto blanco? Dan ganas de arañar la pared hasta dejarse las uñas con tal de que todo tenga un aspecto menos plucro y "angelical".





















lunes, 13 de octubre de 2014

ÉBOLA

En fin, poesía de broma para que veáis lo mucho que sirven los cambios de clase :D


En mi interior acecha,
mortífero como una flecha,
algo cambia y explota,
te mata gota a gota.

El ébola temido,
a tu cuerpo se ha adherido,
en menos de diez días
ya te habrás ido.

Dolor muscular y fiebre alta,
sangras por los ojos y las fuerzas te faltan,
síntomas de ébola
que por ti se decantan.

♫♪♫♫♪

martes, 30 de septiembre de 2014

GRITA MÁS FUERTE

El silencio, la quietud de un bosque dormido,
la ilusión por miles de sueños perdidos;
el silencio, pero jamás la paz,
los pensamientos no cesan en una mente atormentada.

El silencio, pero su interior completo grita,
pide ayuda al vacío negro en el que habita.
Grita, grita más fuerte, no te hundas,
se desgarra por dentro en vano,
olvida que una vez fue humano.

Deambula entre árboles, el laberinto de su olvido,
grita aún estando dormido;
trata de seguir cuerdo, pero ahora...
Tan sólo está vivo.

domingo, 14 de septiembre de 2014

CENIZAS













PRÓLOGO


Había sangre. Había escombros. Pero, sobre todo, había fuego. Mucho fuego.
Éste avanzaba arrasando con lo poco que había a su paso.
La gente gritaba mientras corría de un lado a otro. Algunos se limitaban a quedarse parados, esperando una muerte segura. Pero para mí era como si alguien hubiera pulsado un botón y toda la escena hubiera perdido el sonido.
Como la mayoría, yo estaba corriendo, pero al contrario que todos, sabía a dónde me dirigía.
Esquivé un flameante árbol volador y me giré. A unos cuantos pasos por detrás Seth lo esquivó de la misma forma y continuó corriendo.
Me permití unos segundos de descanso hasta que distinguí la figura de mi madre a pocos metros, lo suficientemente cerca como para no perderme y poder verme entre todo el humo.
Tosí.
El fuego continuaba avanzando, los ojos me escocían del humo y si no me movía, pronto no podría ni respirar. La ropa se me pegaba por el sudor, y tenía algunos agujeros de chispas.
El fuerte empujón de una señora con rulos me devolvió con fuerza a la realidad.
Eché a correr de nuevo… saltando justo a tiempo para salvar una enorme grieta abierta en el suelo… Al contrario que mi madre.
-¡Mamá! –Grité con todas mis fuerzas, provocándome un nuevo ataque de tos.
El humo comenzó a entrar a raudales en mi garganta, bajando por la laringe hasta los pulmones, inundándome, impidiéndome respirar… Me ahogaba, tenía que salir, pero…
-¡Danna corre! –Seth me agarró con fuerza del brazo, arrastrándome lejos del precipicio, de mi madre, del humo…
Grité.
-¡Seth! ¡Déjame, suéltame! ¡Quita!


*DANNA*

-¡Danna!
Abrí los ojos de golpe.
-¡Joder Seth! Menudo susto me has dado.
-¿Seguro que he sido yo? –Alzó una ceja sonriendo levemente. -¿Otra vez el precipicio? –Se sentó a mi lado en un viejo colchón.
Yo me incorporé a su vez mientras asentía.
-Otra vez. –No hacía falta que dijera nada más, Seth ya conocía todo lo que había sucedido aquel día, sabía que lo había soñado cada noche desde que había sucedido… Prácticamente, lo sabía todo.
Nos quedamos unos segundos en silencio, y yo aproveché para observar la habitación.
Era una pequeña habitación cuadrada, con paredes ya más blancas que grises y agrietadas. A la derecha había un sofá raído y negro. Al fondo un montón de cables de colores enredados y dos monitores de vigilancia, uno de ellos una gran pantalla plana y el otro un armatoste cuadrado. Ambos tenían los cristales reventados.
Nosotros estábamos a la izquierda, pegados a la puerta, sobre un colchón viejo pero aún esponjoso. Todo un lujo, teniendo en cuenta las condiciones de la Superficie.
Finalmente, me decidí a romper el silencio.
-¿Oye, ayer no me dormí yo en el sofá? Te tocaba a ti el colchón. –Le miré acusadoramente.
Seth me miró riendo con cariño.
-No te puedes enfadar por un pequeño gesto de bondad, Da.  –Sonrió divertido. – A demás, ese trasto destroza la espalda.
La sonrisa no le duró mucho, pero no lo consideré mala señal. A los pocos que, simplemente vivíamos, nos costaba sonreír desde hacía dos meses. Desde el “accidente”.
Me puse en pie de un salto, haciendo una leve mueca.
Seth se puso rápidamente a mi lado, con un leve gesto de preocupación.
-¿Te duele el hombro?
Sacudí la cabeza.
-Qué va. En realidad ya está mucho mejor –Eso era verdad.- Sólo me duele al hacer movimientos bruscos.- De acuerdo, eso era mentira, pero tampoco era muy grave.
-Déjame ver.-Pidió Seth.
-No hay tiempo para tonterías, en serio. Ya no me duele. –Le sonreí.
Él suspiró, intentando evitar una sonrisa y me siguió fuera del cuarto.
Tras unos pocos pasos salimos a los Túneles.
Las pocas personas que habíamos sobrevivido a lo que llamábamos el Fuego, nos  habíamos refugiado en los Túneles,  cavidades subterráneas que conectaban toda California de Norte a Sur.
Hace unos cinco meses, los trenes pasaban por todas estas zonas, pero tras el Fuego quedaron inutilizadas. Por suerte para todos nosotros, yo había pensado en esto mientras huíamos.
Los Túneles tenían cuatro vías principales como los cuatro puntos cardinales, pero  también había miles de pequeñas ramificaciones por todas las ciudades y barrios. Eran la única zona de California, (y por lo que yo suponía, de América) que había quedado prácticamente intacta.
-Sonríe un poco- Me susurró Seth.
-Es difícil. –Pero hice lo que me pedía.
Caminamos uno detrás del otro hasta girar hacia una ramificación en la que el túnel se hacía más grande. Sin contar con las Cuatro Vías, ésta era una de las ramificaciones más grandes. En cien kilómetros a la redonda sólo había tres, contando con ésta.
Seth saltó delante de mí hasta la hendidura de las vías. Lo seguí.
Tras pasar a esa vía, volvimos a subir de un salto al andén, donde nos quedamos sentados.
-¿Para qué me has hecho venir aquí, Black? –Me preguntó Seth usando mi apellido.
-Tom nos ha convocado para algo importante.
Al poco tiempo de esperar se nos unieron Ashley (Ash) e Yvette, seguidas de Mike, Dave y Nick. Nos sentamos formando un círculo, algo alejados del borde. Una vez, Jacob se había caído.
Llegó cuando a penas quedaban unos segundos para que Tom entrase.
-Hola Jake. –Saludé. Jake era un gran amigo mío, y le hice un sitio a mi otro lado, entre Ash y yo.
Tom entró llevando una bombona de gas y un lumo. Guiñé los ojos, poco acostumbrada a la luz.
En los Túneles, lo máximo que podías tener, eran unos cuantos rayos en el mediodía que se filtraban por las grietas.
-¿Tom, qué haces con un lumo?-Preguntó Enma.
Me sobresalté. ¿Ella cuándo había llegado? No la había visto ni oído.  Estaba de pie, al lado de Nick.
-Me lo he encontrado. –Tom se encogió de hombros, sonriendo pícaramente.
Tom tenía unos cuarenta años, el pelo ya entrecano y era algo cascarrabias, pero la mayor parte del tiempo era una persona vacilona y agradable.  Ninguno de nosotros sabíamos de dónde había salido, cuando entramos a los Túneles nos lo habíamos encontrado ya en el interior, pero había significado muchas veces la diferencia entre vivir y morir debido a sus amplios conocimientos y su buena puntería con los rifles de asalto.
Tom orientaba muchas veces el grupo, sin llegar a ser el jefe.
Fruncí el ceño.
Él nunca se “encontraba” cosas. Y menos cosas tan valiosas.
-Tom… -Comencé, pero él me cortó.
-Como ya sabéis –Me dirigió una mirada de disculpa por la interrupción- , la situación en la Superficie es de desastre total, pero al menos ha mejorado un poco desde el Fuego.
Todos asentimos a la vez, y Tom apagó el pequeño lumo.
-Oye Tom… -Mike se levantó, algo cauteloso antes de hablar. –No todo está tan bien. Ayer sabéis todos que subí a la superficie, y…
Hizo una pausa. Ayer Mike, Dave y Yvette habían subido para conseguir provisiones y materiales básicos como cuerdas, cosas necesarias para nuestra supervivencia o que usábamos día a día. Yvette había traído lo mejor: medicinas. Por el contrario, Mike y Dave no habían encontrado mucha comida.
No hacía falta ser muy listo para deducir que la comida y los víveres empezaban a escasear.
-Yvette trajo medicinas –Continuó.- Pero Dave y yo trajimos comida. POCA comida –Resaltó.
Tom suspiró.
-O sea, que lo que queréis decir es que la cosa ha mejorado arriba, pero empeora abajo, y que de ambas formas estamos jodidos porque en ninguno de los lados la situación es lo suficientemente buena, ¿no? –Resumió Ash.
A mi lado Seth soltó una risita.
-Eso es andarse sin rodeos, ¿eh Ash?
Ella sonrió levemente y se encogió de hombros.
-¿Acaso no es eso, Tom? –Preguntó Enma.
Dave arrugó la frente, estudiando el rostro del viejo.
-Creo que eso no es todo…
-Así es –Tom asintió, dándole la razón.-Pensad, si escasea la comida por aquí, deberemos conseguir más, o moriríamos de hambre. –Alzó las manos- O a mi por lo menos no me apetece tener que comerme a otros humanos.
Al parecer Yvette fue la primera en comprenderlo.
-Tenemos que irnos.
No era una pregunta.
Asentí. El Fuego nos había pillado en Los Ángeles, y desde allí habíamos viajado a nuestro emplazamiento actual. En todo el camino no habíamos encontrado supervivientes que pudiéramos acoger. Los pocos que respiraban estaban demasiado malheridos como para poder aguantar nuestro ritmo.
Habíamos estado aquí tres semanas, lo que era un gran espacio de tiempo para un grupo de diez personas.
-¿Cuánto tiempo más o menos nos queda, Tom? –Pregunté levantándome.
Una nueva punzada de dolor me recorrió el brazo, y ahogué un gemido de dolor. Esta vez no había hecho un movimiento demasiado brusco.
Si el hombre se había percatado, no lo demostró. En lugar de eso se dirigió a Seth.
-Más o menos, ¿para cuánto tiempo nos da la comida que tenemos? –Preguntó.
Seth hizo unos rápidos cálculos mentales, pensando en las provisiones y en las posibilidades de viaje.
-Creo que podremos quedarnos dos días sin problemas, al tercero tendríamos que empaquetar lo que quedase y al cuarto como muy tarde deberíamos irnos… Si el resto de túneles no se han derrumbado, encontraríamos provisiones en el resto de ciudades y si todo va bien, en siete días podríamos estar en San Francisco.
-¿San Francisco? –Soltó Ash. –Eso está a más de una semana andando.
Tom rió.
-No por los Túneles.
-De acuerdo –Intervino Mike. –Iremos a San Francisco. Tenemos dos días. De acuerdo.
Tom sonrió amablemente.
-Puede que sea una noticia algo extraña, pero es necesario moverse, no podemos quedarnos en la zona mucho tiempo. Espero que lo comprendáis… ¿Os parece bien? –Preguntó.
Por toda respuesta nueve manos se alzaron a favor de la movilización.
-Contando con mi voto somos diez. –Prosiguió. –Entonces todo perfecto.
Con un gesto de cabeza Tom dio por finalizada la reunión.  Seth y yo nos levantamos a la vez, y esperamos junto a Yvette a que el resto se fuera para hablar un rato.
Con 19 años, Yvette me superaba en cinco mis 160 centímetros. Era rubia, de ojos grisáceos. Lo normal, teniendo en cuenta que sus progenitores (y ella) eran rusos. De hecho, se apellidaba Sikorvsky Se habían mudado a América cuando ella era pequeña y habíamos ido a distintas clases hasta que ambas nos apuntamos a atletismo en un polideportivo. Era lo único que teníamos en común, a ambas nos encantaba correr… Algo que ahora me sonaba demasiado irónico.
Casi siempre que estaba a su lado me sentía un poco… Baja de autoestima, pero Yvette era mi mejor amiga. Al menos ahora.
Y Seth… Seth era mi primo. Primo segundo o tercero, no lo sabía, pero era mi primo. Él era mucho más alto, tenía el pelo  también marrón, y los ojos oscuros.
-¿Qué creéis que haremos tras agotarlo todo en San Francisco? –Me atreví a preguntar. No es que fuera tímida, pero ésa era la típica frase tabú que todo el mundo evita hasta que alguien la dice y todo el mundo se pone muy dramático.
-Supongo que tendremos que movernos. –Repuso Seth. -¿Qué otra opción tenemos si no?
-No hay otra opción, supongo. –Comentó Yvette.
-Ya, -Seguí.- Pero ¿a dónde iremos entonces? Los Túneles se acaban fuera de California, y en la superficie por el día hace un calor derretidor. A demás el mundo está destrozado. Joder, si lo pensáis, sólo somos diez.
“Por el momento sabemos que América está destruida, pero ¿y si no fuera sólo eso? ¿Y si estuviera así el resto del mundo?.
Ya estaba. Lo había dicho.
Reflexionamos un minuto sobre lo que acababa de decir.
-Te has desahogado de lo lindo, ¿eh Danna? –Dijo Seth riendo.
-Supongo que tendríamos que asentarnos en algún lugar. Cerca de ríos o algo donde poder cultivar. Y a la vez cerca de los túneles por si vuelve a suceder esto del Fuego. –Comentó Yvette, que seguía pensando.
Sacudí la cabeza.
-Supongo que sí.- De todas formas era por la mañana, y no me apetecía mucho pensar.
Nos quedamos hablando un rato más, pero de cosas sin importancia, como  las habitaciones, el resto de túneles y sobre el resto del grupo. Sobre todo intentamos no hablar de la Superficie ni de todo lo cercano al Fuego.
Alrededor del mediodía empecé a agobiarme.
Solía sucederme a menudo desde que vivíamos en los Túneles. Comenzaba como un leve cosquilleo en el pecho y terminaba como si tuviera un agujero, impidiéndome respirar bien y haciéndome sentir sin espacio.
Toqué levemente el brazo de Seth y corrí hacia una bifurcación sin salida. Seth sabía a dónde había ido. Abrí una especie de tapadera del techo y escalé.
Nada más salir una oleada de calor y luz me hizo cerrar los ojos.
La Superficie.
Me senté entre el polvo y algunos cascotes de piedras y cerré de nuevo la tapa, dejando encima una pequeña señal para encontrarla luego.
Abrí los ojos. Aunque llevaba bastante tiempo viendo la misma imagen en la Superficie, siempre me impactaba.
Tan sólo había escombros y ruinas, un montón de escombros y humo. El polvo y el humo formaban una cortina tan espesa que no podía ver más allá de mis narices, uno o dos metros por delante. En el suelo aún ardían algunos fuegos pequeños, a penas brasas, pero se distribuían por toda la zona.
En nuestro emplazamiento actual y en Los Ángeles, el Fuego había sido peor. Eran los lugares más dañados materialmente…
Pero respecto a las personas…
Sacudí la cabeza. No quería pensar en eso ahora.
Me limpié unas gotas de sudor de la frente, y con un suspiro me puse en marcha.
Hoy no tenía ninguna misión en la Superficie, pero todos los días tenía la costumbre de salir, a “respirar”. Bueno, y si de paso me encontraba alguna lata de comida, no iba a ser tan descortés de no aprovecharla.
Conocía poco la zona, pero sabía orientarme a la perfección.
El paseo habría sido perfecto si no hubiera visto los cadáveres. O, si al menos, hubiera podido ignorarlos.
Había demasiados: bajo los escombros, algunos encima de otros; algunos eran simples cuerpos calcinados, huesos; otros tan sólo tenían heridas en la cabeza o incluso mutilaciones. Pero, como en mi sueño, lo que había por todas partes era sangre. Mucha sangre. La de miles de personas.
Las náuseas no tardaron en venir, pero fui capaz de aguantar la comida que tenía en el estómago. Supongo que un poco sí que me había acostumbrado.
Tarde o temprano, tendría que hacerlo.




















*DEREK*
Recorríamos las calles desiertas con paso lento, cansado. Llevábamos deambulando más de dos semanas, desde el Gran Incendio.
Había sucedido hacía tan sólo tres semanas. Lo impensable.
El fuego había superado la nieve, los enormes bloques de hielo de Alaska, los había fundido, abrasando todo lo que encontraba a su paso, casitas y perros incluidos. No había quedado nada.
Supongo que debía considerar lo mío como suerte, dado que junto con dos amigos y mi hermana  habíamos conseguido sobrevivir, pero no lo tenía tan claro.
Nuestras actuales condiciones eran bastante pésimas: Paul herido, con una quemadura por toda su pierna derecha de segundo grado, mi hermana Lena en estado de shock y yo con un principio de hipotermia. Al menos, Peter estaba mínimamente bien.
No teníamos comida y la mayor parte del tiempo teníamos que nadar por agua ardiendo o hielo congelado.
-¿Sientes la pierna? –Paramos unos segundos a coger aire, depositando a Paul con cuidado sobre una piedra.
Él asintió débilmente, girando la pierna para que pudiéramos verla. Le habíamos cortado esa zona del pantalón y luego habíamos hecho una venda con la misma. Estaba roja, empapada en sangre, pero al menos la herida no supuraba más de lo normal.
Al quitársela, vimos que por los bordes comenzaban a salirle ampollas.
Lena se alejó unos metros temblando y vomitó.
-Al menos no ha empeorado –Suspiré.
Peter asintió.
-Tenemos que salir de Alaska. No podremos vivir mucho tiempo en esta situación. –Peter se levantó y comenzó a andar en círculos.
-Deberíamos ir al sur. –Me sobresalté al oír a Lena a mi lado. –En el sur no hará este frío.
Asentí. No era una mala idea. Pero dudaba de que pudiéramos siquiera salir de Alaska.
-Y… Tal vez… -Paul tosió. –Encontremos  gente. Viva. No puede estar TODO EL MUNDO muerto.
Tenían razón. ¿Y si el Incendio había sido sólo en esta zona?
Disparatado, pero posible.
-Todo suena muy bien –Repuso mi hermana. –Y deberíamos intentarlo, vamos a morir de todas formas, -Era buena soltando pullas. –pero yo necesito un descanso, y Paul también. Llevamos andando veinte días, con exceso de agua que para colmo no es potable y con una comida digna de anoréxicos… Creo que es hora de hacer una paradita.
-¡Joder, qué genio tiene la señora! –Rió Peter. –¡Tranquilízate, Sthol!
Mi hermana alzó una ceja, mirándome.
-Este tío es imbécil. –Y se sentó al lado de Paul.
-Oye, sin insultar. –Replicó él, haciéndose el ofendido.
-Es que tú también… -Intervine yo. –Acaba de morir por lo que creo que toda Alaska y tú, ¡hala! Tan tranquilo… -Negué con la cabeza, sonriendo para mis adentros. Peter estaba un poco loco, pero siempre animaba.
Nos quedamos unos minutos sentados en las rocas, cada uno pensando en sus cosas, hasta que decidí levantarme.
-Creo que voy a ir a buscar algo de comida, o si no nieve que podamos derretir para beber… Que no esté ardiendo, claro. Si  no, por mucho que descansemos moriremos igual.
No se lo dije, pero necesitaba entrar en calor. Ya estaba haciendo fuertes esfuerzos por no tiritar, y estaba seguro de que andar me iría bien.
-Te acompaño. –De un salto, Lena se puso a mi lado, con un ímpetu que en verdad me sorprendió. –Si somos dos, somos cuatro ojos, y más posibilidades de pillar comida.
Sonreí.
-Vamos, L.
Empezamos a caminar dando saltos, evitando charcos de hielo y tratando de no mojarnos.
Buena idea esa de traerles agua, sobre todo si no teníamos un recipiente en el que transportarla. Éramos unos genios, se notaba ¿eh?
A pesar de todo, no me apetecía volver a por algún recipiente, así que intenté distraerme.
-¿Qué tal llevas todo esto? Lo que nos está pasando y… -Ésta era la parte más difícil. –Y lo que le ha pasado al resto. Ya sabes a lo que me refiero, ¿no? El resto de gente, nuestros padres… -Hice un ademán con la mano.
Lena se tomó su tiempo antes de responder.
-Es duro, supongo, pero creo que en situaciones extremas es cuando mejor se asume todo… No es tan difícil de afrontar la pérdida. –Se encogió de hombros. –En parte también es porque no puedo pararme a pensar en ellos.
Asentí. Podría parecer que no tenía corazón, pero no era así. Lena tenía razón, y lo sabía porque en el fondo, aunque me costara admitirlo, me sentía igual.
-¿Y tú? ¿Cómo te sientes respecto a eso de que, por el momento –Recalcó lo de “por el momento”. –tu hermana sea la única chica que queda en toda América?
Reí. No podía ponerme serio con eso o me deprimiría.
-Ay, hermanita, qué suerte tienes… Pues me siento algo jodido pensando que no voy a poder tocar nunca más un buen culo –Reí. –Y digo bueno, por eso el tuyo no cuenta.
-¡Capullo!
Riendo, me escabullí, pero Lena me alcanzó con un tortazo en la cara.
-¡Guarro! ¡Animal! –Ambos reíamos mientras ella intentaba darme alcance de nuevo.  Cuando por fin lo dejamos, jadeando por la carrera, Lena se cruzó de brazos. –Y que sepas que tengo el mejor culo de la historia.
Caminamos de nuevo, esta vez sonriendo. En pleno apocalipsis y bromeando sobre culos… Y luego era Peter el loco.
Unos quince minutos más tarde nos encontramos frente a unas cenizas de lo que debió haber sido una casita de madera, de la que ahora sólo quedaba un cacho de la puerta y cosas metálicas enterradas.
Empezamos a rebuscar entre los restos en silencio.
-¿Cucharas? –Alcé una cuchara del suelo.
-No, no nos sirven de nada. Mejor no llevar peso a lo tonto.
Las solté de nuevo en el suelo y me puse a remover la nieve. A veces quedaban latas enterradas, o cualquier otra cosa útil.
Buscamos en seis casas diferentes antes de darnos por vencidos y emprender el camino de regreso a las rocas donde habíamos dejado a Peter y a Paul. A penas habíamos encontrado comida: Dos manzanas medio carbonizadas y una lata de garbanzos en conserva, pero dentro de un bloque de hielo que tendríamos que deshacer.
-Qué asco de Incendio. –Bufé.
Lena no respondió, se limitó a mantener la cabeza baja, abatida.
Al menos ya no sentía tanto frío.
-Derek…  ¿Qué porcentaje de posibilidades de sobrevivir tiene Paul con la pierna así?
Suspiré.
-Unas… 25%.
-Lo suponía. –Lena miró al suelo de nuevo. –En parte quería hacer un descanso por él, para darle un tiempo a ver si mejoraba.
Asentí y la rodeé con un brazo por los hombros, en un intento de darle algo parecido a seguridad. Conseguí una pequeña sonrisa por su parte.
-¿Y un paracetamol le cambiaría mucho la vida? –Preguntó.
Me mordí un labio. Un ibuprofeno o un paracetamol nos cambiaría mucho la vida a todos…  O unas simples tiritas. Se lo dije a Lena.
-Sorpresa –Susurró, sacando de su bolsillo algo plateado con una pastilla dentro.
-¡¿Qué!? ¡Dios, L, eres un genio! –Grité.
De la euforia, corrimos el resto del camino. Habíamos hecho un camino de media hora en diez minutos. Probablemente me habría sentido orgulloso de ello de no haber estado tan pendiente del medicamento. Para nosotros (y más aún para Paul), era como un faro en una noche cerrada.
-Paul, te hemos traído una cosa. –Lena se arrodilló al lado de Paul, que estaba dormido y lo zarandeó levemente. –Te va a gustar.
Peter se acercó rápidamente, con los ojos brillantes de curiosidad.
-¿Habéis traído comida? –Me preguntó.
Hice una mueca arrugando la frente.
-No hay casi comida que haya sobrevivido, pero algo sí hemos encontrado.
Paul abrió lentamente los ojos. Una punzada de dolor le recorrió la pierna, al instante su cara perdió el color.
-¡Paul, relájate, que mi hermana no es tan fea, no te asustes! –Bromeé.
Lena me fulminó con la mirada antes de mostrarle la pastilla al chico.
-¡Hostia! ¡Drogas! –Soltó Peter. –Dime que es un tripi, por favor, por favor….
-No seas idiota –Bufó Lena.
-¿Ibuprofeno? –Susurró Paul.
-Más bien es paracetamol. –Aclaré. –Es lo que hemos encontrado, pero es lo mejor, creo. El ibuprofeno te hace sangrar más.
Peter hizo un gesto solemne poniéndose la mano en el pecho.
-Señores, el médico ha hablado.
Le di un puñetazo en el hombro y él me lo devolvió en la rodilla.
-Capullo –Susurré.
-Oh, mierda. –Lena se dio una palmada en la frente y me miró. –El agua.
Paul ya había cogido la pastilla y la miraba con los ojos muy abiertos, sonriendo. Parecía que no la iba a soltar nunca, pero cuando L mencionó lo del agua, pareció asustado y triste.
Rápidamente me levanté.
-Voy yo, no tardo. ¿Tenéis el…? –No había acabado la pregunta cuando Peter me tendió el cazo que usábamos para recoger el agua.
Empecé a correr por las piedras sin poner tanta atención en el camino, lo que me costó empaparme el chándal.
No tardé mucho en llegar a una zona en la que la nieve parecía bastante limpia.
Me arrodillé y empecé a echar nieve al cazo con ambas manos.
No era un trabajo muy duro, y por mala suerte me dio tiempo para pensar.
Yo era el mayor de los cuatro del grupo, y en parte eran responsabilidad mia. YO los sentía como mi responsabilidad. Ellos me habían seguido cuando llegó el fuego y les guié a una cueva en la que nos refugiamos. Les había conducido hasta donde estábamos ahora, y en cierto modo lo había coordinado todo.
¿Y si se morían? Paul lo haría casi seguro. ¿Me culparía de ello? No lo sabía. No sabía siquiera si me culpaba de su herida.
Y Lena. Mi hermana. La persona a la que más quería, y más ahora que nuestros padres no estaban. Siempre había cuidado de ella, y sentía que ahora debía estar con ella más que nunca. Pero comprendía que se sintiera triste.
Y haría todo lo que pudiera para que ella sobreviviera. Eso sí que lo sabía con claridad.
Cuando acabé de fundir la nieve e introducirla en el cazo, había conseguido deprimirme por completo.
Regresé arrastrando los pies y derramando la mitad del agua con el vaivén.
-Toma Paul. –Cuando se lo di, lo agarró ansiosamente y se metió la pastilla en la boca. En menos de cinco segundos ya se la había tomado.
-¡Hey! –Se quejó Peter.
Por toda respuesta, Paul se limitó a enseñarle media pastilla que se había guardado.
Reí.
-Tú sí que piensas en todo.





*DANNA*
Aunque siempre intentaba ir hacia sitios diferentes, mis paseos siempre acababan en los mismos lugares: zonas por las que había habido, a demás del Fuego, terremotos o desprendimientos.
En esos momentos, me limitaba a andar, y a veces podía hacer caso omiso de los cuerpos y del caos.
Cansada, me detuve a descansar en un viejo banco de hierro. Bueno, técnicamente eso ya no era un banco, sino una masa amorfa y plateada con rendijas en la que podía poner el culo. Pero me servía como banco.
Estaba ardiendo, pero aun así no era nada comparado con el calor del ambiente. El sol resplandecía imponente en lo alto.
Estuve alrededor de media hora simplemente observando el cielo, con el juego de luces que se formaba cuando se mezclaban sol, cenizas, polvo y ascuas de fuegos que aún no habíamos apagado por completo. En ningún momento miré al suelo.
-¿Qué, pensando? –Susurró Dave sentándose a mi lado.
Sonreí y me hice a un lado para que se sentara también.
-No mucho. Pensar es muy cansado –Bromeé.
Dave rió.
-¿No se suponía que con esto del Fuego estábamos todos depres? ¡Tía, eres una rebelde! –Me miró negando con la cabeza y riendo. –Vas contra las normas, ¡has vuelto a sonreír!
Le golpeé el hombro con cariño.
-¿Quién no ríe con un payaso así al lado? –Le miré entrecerrando los ojos para no dañarme con el sol.
-¿Ah, sí? –Alzó una ceja. –Pues que yo sepa, los payasos no le llevan el desayuno a las chicas.
Sacó un panecillo medio quemado y me lo mostró… Tras darle un mordisco.
-Así que me lo comeré yo. –Continuó, y le dio otro mordisco.
Hice una mueca como de enfado, tratando de no sonreír.
-Pues no sé si lo sabes, pero esta noche reparto yo la cena… A lo mejor lo tuyo es sopa de piedras con tropezones de madera…
-¡Me encanta la madera!
Pero me dio el panecillo.
Sonriendo, volví a mirar hacia el horizonte, royendo poco a poco el pan. A decir verdad, era todo un lujo tener uno entero para cada uno (bueno, técnicamente el mío no estaba entero).
-Oye Da, ¿a qué se debe el honor de que me traigas el desayuno? –Lo miré algo extrañada.
-Pues porque me apetecía y me aburría, Da.
-Somos dos “Da” abreviando –Observé.
 –Claro, lo bueno abunda -Bromeó él.
Nos volvimos a quedar en silencio: yo en mi mundo, pero sin pensar en cosas, simplemente como si estuviera hipnotizada, y Dave mirando al suelo.
Alcé la vista para darle las gracias, y le pillé mirándome.
-¿Qué? –Espeté.
Él se revolvió en el banco, visiblemente incómodo y desvió la vista.
-Estaba pensando en todo lo que pasó, en el Fuego… Y, bueno… Pensaba en lo que TE pasó. –Se revolvió el pelo. –Bueno, quiero decir…
Sí que estaba nervioso. Jamás había visto a Dave tartamudear o simplemente, que le costara tanto expresarse. A él –completamente al contrario que yo- no le costaba acercarse a las personas, y jamás se sentía incómodo hablando. Puede que fuera una de las personas más carismáticas.
-¿Qué? –Repetí, esta vez de forma más amable.
-Bueno, todos hemos perdido a nuestros padres, pero estaba pensando en que para ti debió de ser más difícil puesto que lo viste con tus propios ojos… -Se mordió el labio y me miró.
Dolía. No lo voy a negar, me dolió. A pesar de ello hice como si no, traté de ocultarlo.
-También es que una muerte no se ve todos los días… -Joder, no podía haber escogido una contestación peor.
Dave debió notar algo, porque no insistió con el tema. Al fin y al cabo, él también había perdido a su familia. Todos lo habían hecho.
Me las apañé para esbozar una sonrisa y salté del banco.
Algo refulgió a unos pocos metros de mí, cegándome unos segundos. Me acerqué a aquel objeto despacio.
Dave me miró con curiosidad, pero no hizo ademán de seguirme.
Me agaché y lo cogí.
Era algo redondo y pequeño, y ardía por el sol. Estaba recubierto de suciedad, y tenía los bordes gastados, irregulares y en algunas zonas hasta rotos. Con cuidado, me envolví la mano en la tela de mi camiseta y retiré la capa de mugre.
Un espejo.
Allí, se reflejaba una chica. El pelo cobrizo caía en una descuidada trenza hasta la cadera, pómulos marcados, nariz fina y recta, orejas tal vez demasiado pequeñas… Hubiera pensado que era otra persona de no ser por los ojos: unos ojos de un color indefinido, casi transparentes como el agua a causa de una enfermedad. Y allí, en el párpado del izquierdo, en la línea de agua, un lunar.
Era yo. Tenía que serlo, a pesar de la roña en la cara. A pesar de ser completamente distinta de cómo me recordaba.
Sostuve el espejo entre mis manos con delicadeza, como si temiera que, con el simple contacto, se partiera.

miércoles, 18 de junio de 2014

En honor a la Bata-Manta

*ADVERTENCIA: Esta poesía no tiene ningún sentido y puede parecer una estupidez.

Mírala, es un reflejo en un cristal,
como un ángel encerrado en un espejo morirá.
Y sólo cuando no haya Sol y no haya Luna,
desaparecerá la duda,
y ese frío que te embarga,
por no tener la Bata-Manta.

martes, 17 de junio de 2014

The maze runner o el corredor del laberinto

Título: The maze runner (el corredor del laberinto)
Autor: James Dashner
Editorial: Nocturna Ediciones
Páginas: 524





Narrador/Punto de vista (persona en que se narra la historia y perspectiva del autor).
Omniscente, 3º persona del singular, en pasado.

Espacio (lugares en donde transcurre la trama).
En una actualidad ficticia, al principio los chicos están en un laberinto -en el Claro- Una especie de «claro» en el centro del laberinto. Y luego al final, fuera del laberinto, en el mundo post-apocalíptico que ha creado James Dashner.

Tiempo (época en la que transcurre la trama).
Transcurre en una actualidad ficticia, aunque en algunos casos tienen tecnología avanzada y en otros apenas tienen piedras para hacer fuego.

Personajes principales (indicar al menos 3 con sus personalidades, y la relación entre ellos).
Thomas- Thomas es el protagonista y llega nuevo al Claro. Es muy curioso, valiente y noble. Siempre trata de ayudar. Es también muy inteligente, como casi todos los del laberinto. Es un corredor. Thomas sabe que tuvo algo con Teresa!. También puede comunicarse telepáticamente con ella (aunque de todos los chicos del claro, es el único).
Teresa- Teresa es algo brusca, atrevida y amable. También es obstinada, pero pasa casi más de medio libro -desde que llega al laberinto- en coma.
Minho- Es un chico chino, lleva dos años en el claro. Posee una gran capacidad de decisión en momentos críticos, y es el que lidera a los corredores. Es fuerte tanto física como emocionalmente, y también es amable. Amigo y líder de Thomas.
Newt- Newt es amable, el segundo al mando en todo el Claro. Es amistoso, consigue mantener unido al grupo de chicos. Está cojo, fue corredor.

Estilo/lenguaje.
Se usa un lenguaje coloquial, juvenil, aunque siempre dentro del respeto. De forma más formal cuando se narra.
Me ha gustado que James Dashner ha inventado palabras y expresiones y las introduce en el libro de forma que se entiende perfectamente lo que dicen y parece algo muy natural. Ej: ¡Menuda clonc! ¡Cara fuco! Pingajo... etc...

Argumento.
Thomas aparece en un ascensor oscuro de repente, él no sabe a dónde va, dónde está, qué hace ahí... No tiene recuerdos, es decir, sabe cómo funciona el mundo, pero no recuerda rostros concretos, o calles... Sólo sabe que se llama Thomas.
El ascensor se abre y se despierta en el claro, donde le reciben muchos chicos adolescentes, y varones.
Está en el claro. El Claro está rodeado por unas enormes puertas de metal. Éstas se abren cada día y se cierran por la noche. Tras las puertas está el laberinto.
Newt le cuenta que creen que su objetivo es resolver el laberinto y así poderse ir a sus casas. En realidad nadie sabe qué hacen ahí.
Todo es muy estricto: no sufren escasez de comida o agua, las provisiones les llegan cada mes junto a un nuevo muchacho. Pero el día después de que Thomas aparece, llega una chica (Teresa) que se queda en coma mucho tiempo.
 Dejan de llegarles suministros y saben que tienen que irse de allí pronto o morirán.
Consiguen averiguar cómo salir, pero cuando ya están a salvo, ha muerto la mitad del grupo (unos 20 chicos).
El final es una carta en la que la historia da un giro inesperado: Ellos son parte de un experimento.

Opinión personal.
Creo que ha sido de momento uno de los mejores libros que he leído en este año, me ha encantado.
Sentía que la historia era muy original y eso le dio puntos a favor.
Me resultó muy interesante de leer, me cautivó y nada más empezarlo no podía parar de leer. De hecho es uno de los libros con los que más me he metido en la historia.
Era tan interesante, y con un poco de misterio incorporado y no podía dejar de pasar páginas y páginas porque quería saber cómo acababa, y el final me impresionó mucho.
Me encantó la noche que Tohmas pasó en el laberinto sobreviviendo, con Minho.
Algo que no me gustó... Nada. Tal vez el hecho de que Teresa se pase tanto tiempo en coma.

sábado, 7 de junio de 2014

Esquizofrenia


PRÓLOGO

Tenía las manos manchadas de sangre, sangre que parecía fuera de lugar en todo aquel orden. El líquido escarlata fluía por mis brazos y dejaba hilillos de sangre en el suelo, donde se fundía con el resto.
El resto de la habitación estaba ordenada pulcramente, ni siquiera había un libro fuera de la estantería o algo de polvo en el suelo.
Aunque supongo que en todos lados había excepciones.
A mis pies se hallaba el cuerpo: alto, delgado, pero de facciones y rostro irreconocibles ahora. Había sido castaño.
Sus ojos, ahora ocultos tras sus párpados estaban inyectados en sangre, aparentando absoluto terror.
Lentamente, bajé la mano derecha, haciendo que la pala que llevaba en ella cayera al suelo con gran estrépito. Golpeó una vez más al cadáver, pero la sangre brotó con su habitual ritmo. Posiblemente, ya no le quedarían más partes de su cuerpo sin golpes o hemorragias.
Despacio, me agaché junto a él, cuidándome de no plantar mis manos ensangrentadas en ningún lugar.
-Uno... dos.... tres... -Susurré, contando.
Quince. Quince en total. Quince cortes y puñaladas.
Me sentí reconfortada. Algo en mí me decía que lo había hecho bien, que ya no me podía hacer daño. Y a demás lo había liberado a él de que se lo hicieran.
Ellos me lo decían, Ellos me advirtieron de todo.
Suponía que Ellos tenían razón.















UNO
-¿Danae Hale?
Asentí con la cabeza, al tiempo que desviaba la mirada. No me incomodaba, era sólo que no me apetecía mirarle. Ni siquiera tenía Por Qué hacerlo.
-¿Sabes por qué estás aquí? -Preguntó él, sin parecer molesto por mi aparente falta de interés.
Alcé una ceja.
-¿Porque estoy loca? -Giré la cara y clavé mi mirada en la suya.
El Doctor Keane esbozó una sonrisa. Puede que le pareciera divertido que mis padres pensaran que yo estaba loca.
-¿De verdad lo piensas, Danae?
-Si no lo estuviera no tendría que venir aquí. -Repliqué secamente.
Estaba molesta. Molesta con mis padres por mandarme al psicólogo -o psiquiatra, no me había molestado en preguntar-, molesta con el Doctor Keane porque no sabía qué pensaba de mi, y molesta conmigo misma, porque no sabía si estaba loca o si tenía razón.
-¿Alguna vez has hecho algo que te ordena tu mente, por así decirlo?
Flipé con esa pregunta. ¿El tío era gilipollas? Básicamente me acababa de preguntar que si me tenía que ingresar en un manicomio.
-¿Se refiere más o menos a que si alguien me dice que haga algo (en este caso mi mente) sin cuestionarmelo lo hago? -Me encogí de hombros- A veces.
El doctor Keane asintió, escrutó mi rostro con sus penetrantes ojos azules y suspiró.
-No creo que estés loca, Danae, de hecho, tal vez seas muy inteligente... Pero mi trabajo es ayudar a la gente, escucharles, hacer que se sientan mejor. ¿Comprendes? -Sin dejarme responder continuó- Si estás aquí, en esa silla, es por que no estás tan bien como deberías.
Resoplé, lo que acalló el discurso del doctor unos segundos.
Por mala suerte para mí, decidió retomarlo.
-Puede ser desde estrés hasta enfermedades mentales mucho más graves, y te voy a ser sincero. Lo más posible es que estés desarrollando la llamada Esquizofrenia, y como veo aquí -Ojeó su libreta mientras yo daba golpecitos impacientes en la tela del sofá- tu tío está ingresado en un centro especializado por ello.
-No es un centro especializado -Solté de forma brusca, cambiando de posición- es un jodido Manicomio.
El psicólogo respiró hondo antes de asentir.
Le estaba crispando. Se notaba perfectamente en las arrugas de la frente, en su forma de mirarme (que intentaba parecer impasible), en el sudor que recorría su cuello, y sobre todo, en los puños apretados.
-La esquizofrenia no es la única opción, pero es muy posible, dado que se puede transmitir de forma genética. Por ello estás aquí.
Sinceramente, estaba harta de oír a aquel tipo diciendo gilipolleces. A demás, no era tonta: sabía lo que era la esquizofrenia, y sus efectos (los había visto, en mi tío Zack), y no estaba de humor para soportar que me llamaran loca por el simple hecho de que mi amigo me había dejado plantada en la habitación justo cuando mi madre había llegado a casa.
-Mire, no estoy para que me diga mierdas de la esquizofrenia, ni de que si estoy loca o depresiva. Ojalá le atropelle un camión y no tenga que volver a esta mierda de terapia. -Me dirigí hacia la puerta pisando fuerte.- Que tenga buen día. -Espeté con sarcasmo.
Vi el pelo castaño del loquero moverse de derecha a izquierda en una negativa, pero no me molesté en comprobarlo.
Dando un portazo salí de la consulta.


Ya afuera, en la calle, me obligué a respirar hondo e intenté calmarme.
Había anochecido ya, a pesar de que no debía de ser muy tarde. Las farolas iluminaban de forma muy tenue las calles atestadas de gatos callejeros y coches de alta gama, como Audis y Mercedes. A decir verdad, era un barrio alto, pero apestaba.
El edificio al que había acudido para ir a ver al doctor Keane era uno pequeño, de a penas seis plantas. El apartamento donde él recibía a sus pacientes era austero, con mobiliario escaso y las paredes pintadas de un blanco enfermizo, como de hospital.
Horrible.
Apreté el paso mientras caminaba con las manos en los bolsillos, la cabeza baja y el pelo tapándome parte de la cara.
Quería llegar cuanto antes a mi casa, tumbarme en la cama con Green Day a todo volumen en los amplificadores y sumirme en mi absoluta indiferencia hacia el mundo.
Así que, en cuanto me vi en la calle, me puse a andar con paso rápido hacia el metro.
-Hola.
Tropecé con la acera, y por suerte conseguí mantenerme en pie.
-¡Dake! -Sonreí. -Casi me matas... ¿De dónde sales?
Pero entonces recordé que estaba enfadada con él. Ayer le había invitado a mi casa, llegó mi madre, y cuando fui a presentarlo, se había esfumado. Me había dejado plantada el capullo.
Alcé la cabeza y añadí:
-Da igual.
Con toda la dignidad que pude, me giré y lo ignoré.














miércoles, 21 de mayo de 2014

PANDEMÓNIUM



(Continuación Requiem)




BY: LAUREN OLIVER
Nº Páginas: 379
Lo ha conseguido. Lena ha llegado a Tierra Salvaje y se ha salvado, pero el camino no ha sido fácil. Poco a poco, va recordando los pasos que le han llevado hasta la comunidad de inválidos a la que pertenece. Pero ahora Lena es un miembro de la Resistencia, y tiene una misión importante que cumplir: luchar por un mundo donde el amor no sea considerado una enfermedad.

OPINIÓN PERSONAL.
Tras huir hacia la libertad, Lena consigue llegar hasta los inválidos. Se queda con ellos y consigue llegar a formar parte de ellos. Hacen como flashbacks en la historia para explicar cómo se va integrando y luego también mezcla lo que ella hace en ese momento que ya forma parte de la Resistencia. Le encargan vigilar a un chico que está en contra de los inválidos. Un día en una reunión aparecen unos inválidos llamados Carroñeros que la raptan a ella junto al líder juvenil de una organización en contra de los inválidos. Y personalmente el final me sorprendió mucho e hizo que me dieran ganas de continuar con el último libro.
En general este libro (que es la continuación de Delirium) está bien escrito, y se me hizo bastante entretenido de leer. Aunque de todas formas lo sentí como comer algo sin sal, estaba bien pero le faltaba Algo con A mayúscula, no sé, pero creo que podría haber sido algo más. Creo que esperaba más.
Aun así creo que es mejor que el de Delirium porque realmente el final deja en estado de shock.
No quiero dar spoilers, así que no revelo el final, pero en definitiva sí que me ha gustado.
Una cosa hay que no me ha gustado mucho y es que dentro de los flashbacks metía más flashbacks y como que todo el rato estaba recoradando y se hace lioso y pesado, pero estaba bien.
Por otra parte... No quiero dar Spoilers, pero el final....¡¡ OH DIOS MIOOOOOO!! Morí de felicidad, de intriga...
Mejor que el primero (Delirium).
 Ya he cogido el tercer y último libro. ¡Tengo que leerlo! *.* Jajaajaja.





















DIVERGENTE reseña ♥



BY: VERÓNICA ROTH
Nº Páginas: 463
En el Chicago distópico de Beatrice Prior, la sociedad está dividida en cinco facciones, cada una de ellas dedicada a cultivar una virtud concreta: Verdad (los sinceros), Abnegación (los altruistas), Osadía (los valientes), Cordialidad (los pacíficos) y Erudición (los inteligentes). En una ceremonia anual, todos los chicos de dieciséis años deben decidir a qué facción dedicarán el resto de sus vidas. Beatrice tiene que elegir entre quedarse con su familia... y ser quien realmente es, no puede tener ambas cosas. Así que toma una decisión que sorprenderá a todo el mundo, incluida ella. Durante el competitivo proceso de iniciación posterior, Beatrice decide pasar a llamarse Tris e intenta averiguar quiénes son sus verdaderos amigos, y dónde encaja en su vida enamorarse de un chico que unas veces resulta fascinante y otras veces la exaspera. Sin embargo, Tris también tiene un secreto, un secreto que no ha contado a nadie para no poner su vida en peligro. Cuando descubre un conflicto que amenaza con desbaratar la, en apariencia, perfecta sociedad en la que vive, también averigua que su secreto podría ser la clave para salvar a los que ama o... para acabar muerta.

OPINIÓN PERSONAL
Personalmente este libro me gustó mucho, me parece que está muy bien creado tanto el mundo paralelo en el que se desarrolla la trama, tanto como la idea de la distopía en si.
La idea es muy original, y también me gusta el romance que surge entre Four y Tris.
En general está bien escrito y me resultó la verdad muy ameno de leer y muy entretenido. Yo creo que está genial y sí que lo recomendaría.
Otro punto a favor es el hecho de que es una distopía en una realidad paralela, y a mí me encantan este tipo de distopías, así que creo que eso ya era un punto a favor.
Le daría 2,7 de 3. Jajaja ya se que es algo muy rebuscado, pero quiero esperar a la continuación para ver si le doy el 3 completo. 

sábado, 15 de marzo de 2014

SOCIEDAD...

Es triste ver todas esas vidas desmoronándose por los complejos de la sociedad, sólo digo eso.

"+Para que alguien sea eterno, muchos deben morir.
-Entonces nadie debe ser eterno"

sábado, 15 de febrero de 2014

NIGHT SCHOOL TRAS LOS MUROS DE CIMMERIA

AUTOR: C.J.DAUGHERTY
Cimmeria no es una escuela normal. Tras sus muros se esconde un secreto que solo conocen los alumnos escogidos y en el que están involucradas algunas de las personas más increíbles del mundo. Antes de que sea demasiado tarde, Allie tendrá que averiguar qué esconden sus compañeros y la razón por la que ella está ahí.
Nº PÁGINAS: 509

MI SINCERA OPINIÓN:
A mí este libro me encantó, me parece genial. Eso sí, no tiene nada paranormal de vampiros ni nada por el estilo -cosa que yo creí en un principio- pero aún así me ha encantado y se lo recomiendo a todo el mundo. 
Le doy un 3/3. 










domingo, 9 de febrero de 2014

RÉQUIEM

by: Lauren Olivier.

Sinopsis: Una vida sin amor es una vida sin sufrimiento: segura, medida, predecible y feliz. Por eso cuando los habitantes de esta ciudad del siglo XXII cumplen los 18 años, se someten a la intervención, que consiste en la extracción de la parte del cerebro que controla las emociones. Lena espera ese momento con impaciencia, hasta que un día se enamora...
Es, básicamente, que les quitan la capacidad de sentir amor o afecto.

MI SINCERA OPINIÓN: Es un libro con una trama que podría ser realmente buena, pero es muy previsible que la chica, Lenna, se enamore.
Deja algunos cabos sueltos al final, pero es porque continúa en otro libro (Pandemónium).
Todo el libro trata de la historia de amor con el chico y de cómo se da cuenta de lo que en realidad les hacen. No está mal, pero me esperaba mejor. No sé si darle un uno o un dos de tres.. :S Pero les recomiendo que lo lean , aunque a mí se me acabó haciendo pesado.







EVERLOST



BY: Neal Shusterman

Tras un accidente de tráfico, Allie y Nick despiertan en un frondoso bosque. Necesitarán un tiempo para comprender que se encuentran en un lugar conocido como Everlost. Un mundo inquietante, donde los nombres se desvanecen como cualquier otro recuerdo, donde si uno olvida que tiene los ojos azules, puede que se le vuelvan rojos o donde cada día puede convertirse en una repetición del anterior. Pero ¿qué ha pasado con sus vidas? ¿En qué se han convertido? ¿Qué hacen allí? Tal vez sean como monedas caídas de canto.



MI SINCERA OPINIÓN: Bien, cuando leí la reseña del libro, para mí fue como: Ohdiosmío, lo quiero, lo quiero, me lo tengo que leer... Pero, sinceramente, si buscas algo de terror, esto NO.  Si lees historias paranormales de adolescentes, esta no es de ese género.
Por otra parte, la trama está bien, es algo inédito y no se parece en nada a las típicas historias.
Tiene 395 páginas, y la verdad no aburre demasiado. Pero desde luego no es de mis favoritos, ya que lo pintan como muy misterioso y terrorífico y luego a penas tiene de eso.

P.D. Si leéis este libro os daréis cuenta de que "monedas caídas de canto" tiene doble sentido... Muy bueno eso de las monedas. Me rectifico, es, en realidad, una copia de lo de las monedas de Piratas del Caribe, y el la segunda película, el dueño del cracken es igualito que el mounstruo de Everlost, a ambos les ha cambiado el aspecto y ambos son iguales con su barco y sus prisioneros.
Yo le daría un uno de un millón de estrellas. Bueno, un 0 de 3.














sábado, 1 de febrero de 2014

La muerte

Frío. El frío es lo único que aciertas a sentir mientras notas cómo la vida te abandona, poco a poco, se escurre entre tus labios hasta que tus ojos no son capaces de ver nada, hasta que tu tímpano deja de vibrar. Pero el frío persiste, siempre está ahí hasta el último aliento. Frío. Entonces, con un último soplo de viento helado tu cuello cae, incapaz de sostener tu cabeza por más tiempo, y el mundo deja de girar para ti. Todo lo que sabías se esfuma, y sólo queda un cuerpo frágil y pálido bajo la tierra.

jueves, 30 de enero de 2014

Días de lluvia

El viento gélido
las noches oscuras,
los secretos ocultos,
días de lluvia.

Grises los ojos
como cristales sus lágrimas,
días de lluvia
tormenta sin calma.

viernes, 3 de enero de 2014

No me quieres

Si estoy así,
que sepas que no es gracias a ti,
anonadada
¿o quizás enamorada?
tú lo sabrías si interpretaras mi mirada.

jueves, 2 de enero de 2014

Encerrado en un espejo

Una luz,
más que un reflejo
era un ángel,
encerrado en un espejo.

Sólo por equivocarse,
sólo por fallar
lo condenaron
a una fría eternidad.

Escuchas bien,
son sus lamentos
su condena eterna,
es su mayor tormento.

Él eres tú,
cada día que pasa,
tus complejos,
tus dudas.

Si lloras por él
no lo ayudas
porque está en un espejo,
y porque sólo es un reflejo.

Sentimientos

Afloran así, como de la nada,
surgen y te atrapan,
en una espiral de luz y color
pero no todo es bueno.
Son los sentimientos,
luchas por ellos y caes
en un pozo sin fondo,
un abismo
que abre heridas en el corazón
y te hace sangrar sin razón.
Aunque, la risa y el llanto
como escuchar, de una sirena
su canto
complementan la balanza
con mariposas en el estómago
¿o tal vez murciélagos?
son los sentimientos,
que te atraen  te captan.

Vacío

Transparentes son tus ojos
vacíos como mi alma,
fríos como un mar en calma.

Porque alguien que no vive,
¿acaso no puede sentir?
siente cómo muere cada segundo que no vive.

Transparentes son tus ojos,
alguien que no vive,
vacía su alma.

miércoles, 1 de enero de 2014

Tatuajes de sangre


Caía una fina lluvia. No era suficiente para calarnos, pero daba la sensación de que hacía más frío del que debería.

-Y la reina de este año es…

La directora, Isabella Lightwood, intentó abrir el sobre que tenía en las manos, el sobre en el que estaba escrito, seguro, el nombre de Ámber Roose, pero éste estaba demasiado bien pegado, y el papel se estaba empezando a mojar.

Todos los alumnos que había en los jardines del Inferno, nuestro instituto ( que, por cierto, hacía honor a su nombre) contuvieron la respiración. A mi lado, Daire se removió, inquieta.

Me dirigió una mirada. Sabía lo que estaba pensando, pero también sabía que nuestro nombre jamás aparecería escrito en el sobre.

Al fin, Isabella sacó un papelito cuadrado.

En él, con letra típica de máquina de escribir se distinguían algunas letras.

-¡Ámber Roose!-Exclamó la directora, dándole a Hank, el celador, el papel para que comprobara que era cierto que Ámber era la ganadora.


Hank asintió.

-Bien, -Siguió Isabella. -¡Ámber, suba al escenario, por favor! Y ahora será coronado como rey... ¡Ámber, suba deprisa, que ha de seguir el baile!

En los jardines, la gente empezó a aplaudir a la reina del baile.

-¡Kevin Troosvelt! Por favor, acérquese...

Un chico guapo, rubio y de ojos marrones subió al escenario entre los aplausos y los empujones de sus colegas, pero Ámber aún no había llegado.
-Ámber Roose, si no sube en veinte segundos será nombrada en su lugar otra persona, por supuesto, la segunda chica que más votos tenga. -Proclamó Hank con su monótona voz.
Conté mentalmente los segundos que pasaban, masajeándome las manos y mirando a Daire de vez en cuando. Ambas sabíamos que lo que más le gustaba a Ámber era la popularidad, el hecho de ser admirada por los demás la hacía ser lo que era. ¿Por qué no acudía entonces a recoger la horrible diadema plateada y nos dejaba seguir con la fiesta?
Nueve...diez...
Los alumnos empezaron a removerse, nerviosos.
-Elegirán a otra. Está claro que no va a aparecer. -Me susurró Daire al oído.
-Ya lo veremos, a lo mejor sólo se ha ido al baño y ha decidido venir tarde para darse más protagonismo. -Le respondí, cansada de Ámber y sus gilipolleces de niña inmadura.
Tampoco era que yo fuera súper madura, a veces jugaba al Party and Go con mi hermano, pero en fin, no era tan estúpida ni infantil como ella.
No apareció.
-Bueno, -Dijo la directora.- El tiempo de espera se ha acabado, si ven a Ámber, díganle que lo sentimos por la pérdida de puesto.
-Que se joda -Susurró un chico a mi lado.-¿no te parece?
Asentí con la cabeza, ya que hacía mucho tiempo que deseaba que le pasase algo así. Ya me arrepentiría (si eso) más tarde.
El chico era también de último curso, ,como yo, pero de otra clase. No éramos amigos lo que se dice amigos, sólo habíamos quedado una vez y con mucha más gente, y a penas habíamos hablado, pero era muy majo. Me caía bastante bien. Supongo que yo a él también, y aún le caía mejor cuando descubrió que Daire y yo odiábamos a Ámber.
Eso sí, Ámber hacía buena pareja con Kevin, pero desde luego no por su carácter, más bien por su atractivo físico.
Kevin no estaba nada mal. Pero yo le cambiaría el pelo rubio por negro o marrón.
"Si estuviera yo..." Me obligué a no pensar eso. ¿Cómo iba a ser yo? A penas era conocida por los de mi clase (que preferían mil veces a Ámber antes que a mí) y tenía en el instituto unos quince amigos con los que quedaba a veces y, por supuesto Daire, pero con eso no me servía ni para ser votada y quedar penúltima.
Esta vez es el subdirector quien abre el segundo sobre.
Se queda mirando el papel con el sombre con cara de desconcierto y asombro y se pasa una mano por su escaso pelo, como nervioso.
A estas alturas de la ceremonia yo ya estaba calada, y mi pelo chorreaba. Me iba a constipar.
-Jessika Marshall.
Se hace un completo silencio en todo el aparcamiento. ¿Quién ha dicho?
-Jess -Me dice Daire.-eres tú.
Vale, eso sí que no me lo creo. Es coña. Me están vacilando. Es una broma; oh, por favor tiene que serlo.
El chico a mi lado empezó a apartarse, como para dejarme pasar,  y yo me sonrojé. ¿De verdad había sido yo? Oh, tío. Que mierda. No quería subir ahí arriba y sentir a todo el mundo mirándome mientras Isabella me ponía una muy cursi tiara plateada.
A demás, ¿qué cojones? era más que obvio que yo no podía ser ESA chica, la ganadora. ¿Dónde estaba Ámber? Ahora sí que la echaba de menos, por primera vez en toda mi vida.
Respiré hondo y empecé a caminar entre el gentío.
Notaba todas las miradas clavadas en mí, acusadoramente. Estaba nerviosa, cagada de miedo. Pero no iba a dejar que lo vieran.
Miré al frente, sin pensar en nada, y alzando un poco la barbilla con altivez.
Ok, ¿ahora me creía Kate Moss o qué?
Pude llegar al escenario nerviosa, mis piernas temblaban, pero no me había caído. Y, por desgracia, Ámber no había acudido en mi rescate.
Una lástima.
La directora me miró acusadoramente, como si supiera yo algo de esto, y al llegar junto a Kevin a penas podía dejar de mirar el suelo. De repente, las manchitas de polvo se habían vuelto extremadamente interesantes para mí, y no podía dejar de examinarlas, con la cara sonrojada.
Tuve que alzar la cabeza para que la tiara no se me cayera, y vi todos aquellos rostros que flipaban tanto o más que yo.
Rápidamente estreché la mano de Kevin en un formal saludo, y todos los estudiantes se hicieron a un lado, abriendo un pasillito entre el gentío. Mierda.
Se me había olvidado.
Los reyes abren el segundo baile de la noche. 
Nos dimos la mano y bajamos lentamente los escalones. Yo iba contando mentalmente los pasos. Hasta los jardines que había tras el aparcamiento fueron doscientos treinta y tres. Cuando dejamos de andar le miré de reojo. Kevin tampoco parecía muy cómodo. 
Nos cogimos la mano derecha y yo posé mi mano en su hombro. 
La música pastelada y horrenda empezó. 
Bailar nunca se me había dado mal, pero prefería mil veces el baile contemporáneo, el break-dance, o el simple baile callejero. Prefería el baile del siglo XXI al baile del XVII. 
-Oye Jess -Susurró Kevin. -¿Y Ámber?
Me encogí de hombros. ¿A caso se pensaba que yo estaba pendiente de cada paso que daba la tía más diva del Inferno?
-No te ofendas -Continuó él-, pero pensaba que le hacía ilusión toda esta chorrada. -Sacudió la cabeza de forma que el cabello le cayó hacia la cara, formando ondas que a otra chica le habrían parecido adorables.
-Ojalá hubiera aparecido -Espeté.- Me ahorraría toda esta "diversión".
Kevin rió entre dientes. 
-¿No te gusta? -Inclinó la cabeza.
-No.
Una sonrisa se extendió por su rostro.
-¿Qué te hace tanta gracia, Troosvelt? -Espeté.
-¿Sabes que ser la reina del baile es el sueño de toda adolescente matriculada en el Inferno y tú estás diciendo que lo odias? Sorprendente.
Fruncí el ceño extrañada. Tal vez había idealizado a Kevin antes de conocerle, pero ahora me resultaba amable, agradable incluso. No parecía tan superficial. En vez de superficial 100%, ahora era un 99,8%.