jueves, 16 de octubre de 2014

Todo está en la mente


Bueno, pues esta soy yo, después de cinco años, he vuelto a escribir. Se me hace raro, y he perdido práctica. Si por mí fuera, jamás lo habría dejado, pero en el "Be Strong" -mi antiguo psiquiátrico- no te dejaban ni coger un boli por si te ponías a apuñalar a alguien.
En el actual son mucho más liberales, te dejan mear solo y todo...

Con un suspiro, echo un leve vistazo al asqueroso inodoro que hay en la esquina trasera de mi cuarto, tapado de la vista por fuera con una mampara.
Y digo cuarto por no decir zulo. Más que un centro de rehabilitación parece una cárcel para presos de Alta Seguridad.

Las instalaciones son una verdadera mierda, las mantas pican y a penas podemos hablar entre nosotros cuando estamos en nuestros cuartos, pero al menos podría decirse que tengo un poco más de libertad de movimientos que en el "Be".
Allí directamente era como estar día a día en una celda de aislamiento, y cuando hacías algo malo y te castigaban de verdad...

Reprimo un escalofrío. "No vayas por ahí, Galia" Me digo.

Llegué hace un par de días, que me he pasado durmiendo, así que tampoco tengo mucho que reseñar.
He despertado hace media hora, justo a tiempo para que me trajeran un vaso con café descafeinado y unos cereales rancios. Los he tirado por el váter. 

Mordisqueo la tapa del bolígrafo mientras reflexiono. No estoy segura de que la medicina fuera en el café, pero ya me lo han hecho más de una vez, a pesar de prometer que me podría tomar yo la pastilla con un vaso de agua.
Sí, es una eficaz forma de asegurarse que te lo tragas, pero ¿no se supone que me han trasladado a este centro al notar mejoría en mi condición psíquica? ¿No se suponía que aquí iba a ser diferente, un poco menos controlador?
Me duele la cabeza.
¿Acaso no se puede dejar de pensar? No, creo que no. Una verdadera lástima. Sería muy útil poder hacerlo.
Me pongo a desvariar y al poco tiempo tengo las manos manchadas de tinta negra, el diario en el suelo a varios metros de mí y las sábanas sacadas del colchón.
En contra de lo que dicen de las paredes pintadas de blanco, me siento demasiado inquieta con ellas, al contrario de lo que me pasa si son de color rojo fuerte o suave. ¿Por qué mierda hay tanto blanco? Dan ganas de arañar la pared hasta dejarse las uñas con tal de que todo tenga un aspecto menos plucro y "angelical".





















lunes, 13 de octubre de 2014

ÉBOLA

En fin, poesía de broma para que veáis lo mucho que sirven los cambios de clase :D


En mi interior acecha,
mortífero como una flecha,
algo cambia y explota,
te mata gota a gota.

El ébola temido,
a tu cuerpo se ha adherido,
en menos de diez días
ya te habrás ido.

Dolor muscular y fiebre alta,
sangras por los ojos y las fuerzas te faltan,
síntomas de ébola
que por ti se decantan.

♫♪♫♫♪