Martes, 17 de Enero del 2014. (Sólo
otro día más)
De acuerdo...
Empecemos... Me siento cohibido. Sí, estoy solo frente a un papel,
pero... Uf... Me cuesta, no consigo... Expresarme. En verdad nunca he
sabido hacerlo.
Dios. No sé ni por
qué hago esto. No tengo por qué hacer caso al psicólogo, Javier.
Tal vez... No sé,
tal vez en lo más profundo de mí aún quede esperanza. Esperanza...
Curiosa palabra, y curioso sentimiento. Pero... ¿Esperanza de qué?
¿De curarme? Tal vez... Tal vez de mejorar... O tal vez sólo quiera
sobrevivir un día más, para comprobar si realmente existe la
felicidad o si, como el hombre del saco, es sólo un mito. Tal vez no
debería seguir...
NO. Nada de
pensamientos negativos.
Es extraño. Según
Javi tengo que intentar pensar en positivo, eliminar los pensamientos
negativos, los malos impulsos...
Pero no las lágrimas.
Al
principio de la terapia, cuando la depresión no era extrema, sólo
grave, él me dijo que llorar era nuestra forma de no morir
ahogados...
Tal
vez... Ay... Realmente siento que esto es inútil, que estoy
desvariando. En fin... No tengo que reprimirme... Dejarlo fluir... No
ahogarme.
Es...
como una metáfora. Las lágrimas son saladas, como el agua de mar.
¿Y si... y si en nuestro interior hubiera un mar? ¿Y si al llorar
ese mar se desbordara... para no ahogarnos? No lo sé, es una
tontería que se me ocurrió cuando en una de mis primeras sesiones
con él Javier me dijo que llorara.
En
fin.
Sólo
estoy perdiendo el tiempo.No sé por qué hago esto, sigo sin
encontrarle el sentido. ¿Acaso escribir libera endorfinas, algo, lo
que sea, que me pueda hacer sonreír?
Me
siento estúpido y no...
Viernes,
21 de Enero del 2014.
No
pude continuar. Ni siquiera me he molestado en escribir algo los dos
días anteriores.
Realmente
siento que... De acuerdo, no sé cómo expresarlo. (Gran novedad en
mí, ¿verdad?). Haré como lo de llorar, intentaré explicarlo con
una metáfora.
Siento...
que mis pensamientos son estrellas, pero soy incapaz de formar
constelaciones... ¿Raro?
Bueno,
se me hace más fácil expresarlo así.
No
sé si estoy haciendo progresos con la terapia. Lo más seguro es que
no, ya que una sobredosis de lo que sea me sigue pareciendo una forma
bastante atractiva de... Al fin y al cabo, esto no es una forma de
huir... Es un camino más rápido hacia el mismo final... ¿Acaso
importa?...
POSITIVIDAD.
Sigo
aquí. Un día más. ¿Es tan malo? Sí, lo es.
Mierda...
Cada
vez me parece más difícil eso de la positividad. ¿Quién inventó
esa estupidez? Todo era más fácil antes.
Cuando...
cuando me preocupaba al haber tragado las semillas de la sandía.
Cuando sólo amaba a mis padres. Protección era llevar el casco al
montar en bici y la guerra era un juego. ¿En qué pensaba cuando
decía que quería crecer?
Bueno...
Debería irme... Sigo sin comprender en qué puede ayudarme desvariar
en un papel. Ni siquiera escribo lo que siento. Es obvio que
tristeza. E... Indiferencia... Cansancio... Da igual.
Lunes,
23 de Enero del 2014
Hoy
la terapia ha sido algo diferente. Javier ha dicho... ciertas cosas
que me han hecho pensar, reflexionar.
Puede
que... Puede que durante mucho tiempo, tal vez toda mi vida (tal vez
no), me haya estado mintiendo a mí mismo. Quiero decir, siempre he
aparentado ser fuerte, de esos chicos que jamás lloran, que nunca
sufren. Siempre (hasta estos últimos meses) me he levantado decidido
a comerme el mundo, diciéndome que ese día iba a ser diferente.
Alguna vez alguien me dijo que vivía en una mentira, y me lo tomé a
mal...
Pero
ahora comprendo que es cierto. Vivo en una completa mentira, porque
siempre trato de aparentar que estoy bien, cuando realmente estoy
hecho mierda por dentro. Eso... es una mentira, ¿no?
Bueno,
escribo lo que se me pasa por la cabeza, es lo que me dijeron. No
tiene por qué tener sentido. Mi mente nunca lo ha tenido.
Ahora
todo me parece absurdo. Esperanza. Bonita estupidez. Bonita mentira.
Todo
el mundo espera algo de las personas. Yo no. Ya no. Todo el mundo
acaba defraudándote. O a lo mejor eres tú quien no cumple las
expectativas. ¿Por qué? Por la esperanza. Tú esperas aceptación.
Ellos siempre esperan lo mejor de ti. Pero ese “lo mejor” nunca
es suficiente.
He
vuelto a mentirme. Dije que no tenía esperanza... Pero no es cierto.
Realmente espero tener el valor de matarme pronto para no tener que
seguir escribiendo esto. O al menos espero que este cuaderno se acabe
rápido.
Viernes,
27 de Enero del 2014 (Puede que mejor.)
Tres
veces. Lo he contado. Javier tiene razón. Es el total de veces que
me han dicho “Te quiero” en toda mi vida. Tres.
Es
curioso, la verdad.
Hoy
estoy aquí, vivo. Y no hay nadie. NADIE. Ni una sola persona a mi
lado. ¿Y si mañana muero? Muchos estarán rodeándome. Hoy no
tengo a nadie que me abrace, pero si mañana no estoy nadie querrá
soltarme. Hoy nadie me dice “te quiero”... Pero sé que si mañana
muero...
En
fin... Aun así no quiero que me lo digan estando yo en un ataúd...
Simplemente me gustaría que me lo dijeran en persona, cuando aún
pudiera oírles.
Me
gustaría que me lo hubieran dicho... Antes de que fuera demasiado
tarde.